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Los rivales de Baltar piden al PP gallego que garantice la limpieza del congreso

El presidente de la Diputación justifica los contratos laborales con compromisarios

Arrecian las acusaciones de traición y juego sucio. En la enconada lucha por el poder del PP de Ourense, la sorpresa es la normalidad. El presidente saliente, José Luis Baltar, reconoció ayer que hacía campaña para su hijo desde la Diputación. También asumió que está firmando estos días contratos laborales del organismo público que preside a militantes y compromisarios. Lo encuentra normal: "Siempre hacemos contratos a principios de año y vienen a pedir las renovaciones", justificó. Además ve lógica su anunciada falta de neutralidad en el proceso electoral. Tras acusar de traición a militantes de su partido, sin dar nombres, el barón del PP de Ourense se aferró al capote que el día anterior le tendió Núñez Feijóo -tildó de "ejemplo de democracia" el proceso orensano- y se erigió como "verdadero demócrata" dispuesto a "curar con betadine", a partir del día 30, las "heriditas" que pueda haber en las dos facciones.

"Dicen que le dan la de papeleta de Baltar y es la de la otra candidatura"
"Curaré las heriditas con betadine después del día 30"

Una hora después, el oficialista Juan Manuel Jiménez denunciaba las "actitudes antidemocráticas" de los Baltar, afirmaba que había enviado un escrito a la dirección regional del PP para que "ponga todos los medios" para velar por la limpieza del congreso y aludía a su condición de sanitario para destacar que "el betadine es muy bueno, pero hay cosas que no cura". Jiménez cree que en lugar de intervenir en la campaña, Baltar padre debería "haber ido al notario y firmar allí su herencia".

No hay tregua entre Baltar padre y Jiménez. Ayer también terció el candidato Baltar Blanco, quien compareció ante los medios para presentar nueva cartelería de campaña -ahora el lema es Ourense, Nós- y reivindicar la limpieza de su campaña "en positivo".

"Espero que el voto sea secreto, porque ya empiezan a decir que una persona de cada municipio controle a los suyos en el congreso", acusó Jiménez a los dos Baltar por la mañana. Por la tarde, Baltar hijo respondió: "Yo no hablo de rumores, ésa es la diferencia".

El primero en hablar ayer fue su padre. Tildó de "cruel" el reglamento del PP que ha permitido que "por dos votos" su hijo haya perdido los compromisarios de uno de los distritos de la ciudad. Después denunció "deserción" de algunos militantes que habían "trabajado con nosotros y tres días antes se apuntaron al otro lado" y acabó reprobando "las traiciones". "De eso me quejo, y de que se distribuyan papeletas engañando a la gente: les dicen que le dan la de Baltar y es la de la otra candidatura", protestó. Finalmente, tras asegurar que no cuestionaba el reglamento "porque fue pactado por todos", acabó planteando la necesidad de "organizar otras reglas del juego".

Las heridas son grandes. Los oficialistas pretenden anular las elecciones de A Bola (1.648 habitantes) que celebraron los baltaristas en un bar del pueblo y en las que participaron "candidatos que iban en las listas del BNG". El comité electoral avaló esa votación y anuló la que se celebró en la sede del partido "en tiempo y hora". Por su parte, los Baltar intentan tumbar la elección de los compromisarios de Nuevas Generaciones de la ciudad, que le aportó 16 compromisarios a Jiménez.

Pese a la refriega, unos y otros hablan de la unidad posterior al día 30, fecha del congreso. Jiménez aseguró ayer que las posturas "no son irreconciliables" y tendió una mano a sus rivales. "El PSOE no va a tener la satisfacción de la ruptura del PP" dijo, y aseguró que dejará "puestos vacantes" en su lista para que se puedan integrar después los miembros de "la otra candidatura" con vistas a ganar las municipales de 2001.

Horas después su rival rechazó la oferta. Principalmente, porque Baltar Blanco se da por ganador del congreso con "900 adhesiones de los 1.212" compromisarios "y no renuncio a conseguir más". Él no ofrece integración a los rivales porque no va a "defraudar a la gente que me apoya y a la que se va a sumar". Sostiene que si gana, será con su lista y un respaldo del "80% al 90%", con lo que "no hay hueco" para los perdedores. Aunque da por hecha también la unidad posterior del PP. A partir del día 30, dice, "todos estaremos en un mismo partido y aumentaremos en 10 las 65 alcaldías" que el PP ostenta en la provincia.

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