Benzema, hora cero

El único futbolista del Madrid que todavía no se ha llevado una buena ovación del Bernabéu esta temporada es el que Florentino Pérez, el presidente, fue a buscar a su casa. Karim Benzema también es el menos expresivo en un vestuario cuyo entusiasmo crece cada día. El francés posee un talento innato para el fútbol. Físicamente, es poderoso. Pero es el jugador que peor se comunica con sus compañeros. Es demasiado joven y proviene de un ámbito cultural lejano. Sólo tiene 22 años. Su adaptación es lenta. Hace una semana confesó sentirse "decepcionado" con su situación y la declaración, ingenua u hostil, resonó como un lamento inoportuno, tal vez como una crítica velada al entrenador, Manuel Pellegrini, que no lo pone.

Benzema da síntomas de inmadurez. Pero esta noche, en San Mamés, tendrá ocasión de demostrar que su partidazo en Mestalla hace un mes no fue un fogonazo accidental. La lesión de Higuaín, el goleador (11 tantos en la Liga), le abre un espacio en el equipo titular. Es su turno.

"Benzema no tiene que demostrarme nada", dijo ayer Pellegrini a modo de mensaje tranquilizador. El técnico se propuso quitarle presión. Sabe que el goleador se enfrenta a una serie de partidos cruciales para encarrilar su carrera como madridista: Athletic, Málaga en casa y Deportivo.

"Tengo plena confianza en Benzema", prosiguió el entrenador haciendo una elipsis muy curiosa; "le tengo tanta confianza como se la tuve a Raúl. Para mí, es titularísimo. Como Garay, de quien dije que era titularísimo antes de que se lesionara Pepe y cuando le ha tocado jugar lo ha demostrado".

Benzema comenzó la temporada en el equipo titular contra el Deportivo en el Bernabéu. Esa tarde, Higuaín estuvo en el banquillo. El Pipa había pasado el verano escuchando mensajes apocalípticos a su alrededor: que Florentino Pérez no le quería, que sería el quinto delantero por detrás de Cristiano Ronaldo, Benzema, Raúl y Van Nistelrooy; que Diego Armando Maradona, el seleccionador argentino, le ignoraba... Higuaín siempre mantuvo la calma. "Yo sé que voy a demostrar lo que valgo", decía. Nunca dio síntomas de flaqueza. Ni en privado ni en público. Cuatro meses después, el meritorio es Benzema. El francés sigue sin ser titular con la selección de su país y su posición en el equipo madridista no parece sólida. Higuaín ha disputado 11 partidos como titular (940 minutos) por diez su colega (844). El argentino ha aprovechado sus oportunidades sumando 11 goles. Benzema ha metido cinco.

Higuaín obró con astucia. Cada vez participó menos de la elaboración. Ahorró energía. Se quedó más arriba y se dedicó a los últimos toques. Aprendió de Raúl el curso pasado. Benzema no ha marcado tantos goles, pero ha demostrado ser más altruista. En Valencia se fue a las bandas para desbordar y generar situaciones favorables para sus compañeros en el ataque. Ejerciendo ese papel mixto, fue el mejor del partido.

"Hay jugadores que son rematadores puros y hay enganches que no quieren ver el área", explica Granero; "lo bueno que tiene Karim es que posee las condiciones de un rematador puro y las de un enganche. Eso nos viene muy bien. Él tiene que participar en el juego y meter goles. Este año tenemos un esquema en el que los delanteros tienen más funciones, aparte de la de poner el pie y meter la pelota. Muchas veces Benzema hace un trabajo que no se ve tanto de cara a la galería".