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Tentaciones
VIDEOJUEGOS

Un ejército intercontinental

Un pingüino en mi ascensor. Así me siento, tan desfasada como el grupo de los ochenta. Una de las cinco mujeres entre más de 200 varones que ni beben, ni fuman, pero, por supuesto, chatean de lo que están viendo en la presentación mundial de Call of duty: Modern warfare 2. El mata mata de todos los mata mata. El videojuego de acción bélica cuyas ventas en cinco días ascendieron a 550 millones de dólares. ¡Ni el mayor taquillazo de Hollywood! Por poner un ejemplo, Harry Potter y el misterio del príncipe recaudó 394 millones de dólares en sus primeros cinco días. "Si consideras el número de horas que pasa nuestro público enganchado al juego, puedes decir que Modern warfare 2 es uno de los espectáculos más vistos de la historia", declaró cual grito de la selva un exultante Bobby Kotick, presidente de Activision Blizzard, autores del juego.

"Quisimos mostrar cómo funciona el terrorismo moderno" (Jesse Stern)

Las claves del éxito son claras. Los videojuegos dejaron de ser cosa de niños o frikis hace tiempo. En concreto, la franquicia de Call of duty lleva vendidas desde 2003 más de 55 millones de copias de sus diferentes juegos, con unos beneficios de más de 3.000 millones de dólares. Con la nueva entrega, casi seis millones de copias se han vendido en Europa, 400.000 de ellas en España.

Hasta ahora se mantenían como ese negocio marginal que nadie reconoce porque un cuarentón que va de moderno habla de películas transgresoras o Coldplay. Pero nunca admite su pasión por los mata mata. Aunque sea una de las 5,2 millones de personas que se registraron el primer día para tomar parte del modo multijugador de Modern warfare 2.

Es difícil esconder el éxito, y Kotick no tiene ninguna intención de hacerlo. "Mi meta es igualar los grandes taquillazos de Hollywood", explicó. Así fue. La producción inicial de unos 40 o 50 millones de dólares, presupuesto de una película media en Hollywood, ascendió hasta 200 millones. Además, están las polémicas. Que si es demasiado violento, que si los rusos están molestos por las escenas que muestran el asesinato de civiles desarmados en su país, que si hay chistes homófobos, que si hubo una filtración en YouTube del violento asalto de los terroristas en un aeropuerto.

"Quisimos mostrar cómo funciona el terrorismo moderno", dice —no sabemos si a modo de disculpa o de reivindicación— Jesse Stern, uno de los guionistas de un juego con demasiados puntos de conexión con eventos reales como el ataque de Bombay o la invasión de Georgia. Afganistán, Kazajistán, Brasil, Rusia o EE UU son los escenarios donde se desarrolla una acción que hace tiempo dejó la II Guerra Mundial atrás y lleva sus escaramuzas a las guerras de hoy. Porque, además de hacer dinero, la meta de Call of duty: Modern warfare 2 es "hacerte sentir la atmósfera de la guerra, sin sus consecuencias, de la forma más realista posible". Y esa meta está cumplida.

<b><i>Call of duty</i> permite luchar en la guerra moderna en escenarios muy realistas</b>
Call of duty permite luchar en la guerra moderna en escenarios muy realistas

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