200.000 hogares se quedaron sin luz por el vendaval que azotó Galicia
No hubo alerta previa porque fue un "fenómeno puntual" con efecto en el mar y que no iba a penetrar en tierra, aunque este fallo será investigado
Ninguna provincia quedó a salvo del vendaval de la madrugada de ayer, con ráfagas de hasta 157 kilómetros por hora que provocaron más de 400 incidencias en toda Galicia: árboles y postes del tendido eléctrico derribados, tejados arrancados de cuajo en algunos edificios, embarcaciones arrastradas a la deriva o para acabar empotradas en arenales o rocas. Unos 200.000 hogares se quedaron sin luz. No hubo alerta previa porque fue un "fenómeno puntual" que no iba a dejar grandes vientos, pero un ligero movimiento de la borrasca al Norte hizo que finalmente atravesara la geografía de la comunidad, según fuentes de MeteoGalicia.
El suministro eléctrico, cuya interrupción afectó sobre todo a las provincias de Pontevedra, por donde entró el temporal, y de A Coruña, donde se situó el centro de la borrasca, inicialmente esperada sólo en el mar, se fue restableciendo progresivamente durante la jornada de ayer. A diferencia de lo ocurrido el año pasado con el ciclón Klaus, no se registraron caídas del tendido, sino líneas dañadas por caer árboles sobre ellas, según precisó Gas Natural-Unión Fenosa.
La máxima velocidad del viento se registró en A Veiga, 157 km/h
En Arousa, algunos barcos acabaron embarrancados en los arenales
Unos 2.500 hogares de Lugo seguirían sin luz hasta hoy, según informó anoche la misma empresa. Begasa, la suministradora lucense, prevé restablecer la totalidad del suministro dañado aun con grupos electrógenos. Los problemas se centran en el rural de Costa da Morte, como Vimianzo, Mazaricos, Camariñas, o en Negreira, en la comarca compostelana. Municipios como Betanzos, de 12.700 habitantes, permanecieron a oscuras casi toda la noche. Hasta el mediodía no se restableció el suministro en su totalidad. Mesón do Vento, Bergondo y Sigüeiro, cerca de Santiago, fueron otras de las zonas más afectadas, como la comarca de Arousa en Pontevedra.
Gas Natural-Unión Fenosa, que desplegó 600 personas para resolver las incidencias, destacó que sus problemas se concentraron no en reparar las líneas dañadas, sino en llegar hasta ellas, dada la gran cantidad de árboles caídos.
La borrasca, esperada inicialmente sólo en el litoral atlántico con vientos de fuerza 8 y 9, era tan pequeña y compacta que los modelos meteorológicos fueron incapaces de predecir que alcanzaría tierra con mayor intensidad que la prevista en el mar, según explicó a este diario Alex Traveso, de MeteoGalicia.
Las rachas de vientos alcanzaron velocidades superiores a 100 kilómetros por hora a partir de las dos de la madrugada. Los máximos se registraron en A Veiga, municipio de la comarca de Valdeorras, limítrofe con Zamora, con 157 kilómetros por hora. En la Costa da Morte, soplaron rachas de 147 kilómetros. En Redondela, de 142, y de 127 en la ciudad de A Coruña.
El delegado del Gobierno en Galicia, Antón Louro, anunció ayer la apertura de una investigación para "ver y revisar" por qué "los sistemas de previsión no detectaron el fuerte viento". Sólo había alerta naranja para el mar.
En la provincia de Lugo, rachas de 160 kilómetros por hora hicieron que cayeran numerosos árboles sobre el tendido eléctrico, especialmente en los municipios de Castro de Rei, Pastoriza, Guitiriz, Begonte y Lugo capital, según Begasa. En el momento de mayor virulencia del temporal llegaron a estar sin suministro 30.000 abonados. A última hora de la tarde aún no se había restablecido para 6.000 clientes de esta compañía.
El temporal hizo que además se desbordaran varios ríos, especialmente de A Mariña y Terra Chá. El caudal del río Miño se duplicó a su paso por la capital y buena parte de los 4.000 kilómetros de red viaria provincial se anegaron o sufrieron desprendimientos; la Diputación tuvo que activar un dispositivo que intervino en 30 de los 67 ayuntamientos de la provincia.
La actividad académica también se vio afectada, tanto por la imposibilidad de circulación del transporte escolar, como por la falta de luz. Hubo incidencias en 36 colegios y 555 alumnos no pudieron acudir a clase.
Primeros balances
- Más de 400 incidencias por la caída de 329 árboles, 23 cables y 13 vallas publicitarias. Una veintena de accidentes de tráfico, con heridos leves.
- En la mar, cuatro barcos bateeiros de más de 12 metros de eslora y decenas de pequeñas lanchas rompieron amarras en A Illa de Arousa. Lo mismo un ferry en construcción en el astillero Barreras: quedó a la deriva y chocó contra otro barco en construcción. También se soltó una pontona de las obras del muelle de Trasatlánticos.
- En el campo, algunos desbordamientos de ríos. Unións Agrarias requirió ayudas inmediatas a la Xunta tras constatar cuantiosos daños y desperfectos en explotaciones agropecuarias.
- En Vigo un tejado del ayuntamiento se desplomó sobre el pasillo de acceso al salón de plenos.
- En Pontevedra se desprendió la cubierta de las instalaciones deportivas de Pontemuiños. Las brigadas de la Diputación realizaron una veintena de intervenciones.
- En O Grove seis bateas quedaron a la deriva, hasta varar en diversas partes del litoral.
- En Vilanova de Arousa un árbol de grandes dimensiones causó graves daños al caer sobre una vivienda y numerosas embarcaciones quedaron a la deriva, hasta hundirse algunas de ellas.
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