Para empezar, un rival "temible"

El primer examen tiene fecha y lugar: la Copa del Rey reúne del 18 al 21 de febrero en Bilbao a los mejores equipos de baloncesto de España. El Cajasol se enfrentará en cuartos al imparable Barcelona. El Bilbao al Caja Laboral en un derbi vasco. Y el Estudiantes, clasificado para la Copa por la vía de la épica, justo en el último momento, lo hará con el Valencia. Hay un cruce, sin embargo, que acaparará todos los focos: el Real Madrid, que lleva desde 1993 sin ganar el trofeo y vive el curso divido entre la excelencia de su arranque y la preocupación del tramo en el que acumuló cuatro derrotas seguidas, se enfrentará al Joventut. Para Alberto Herreros, subdirector de la sección del club blanco, eso es algo más que un partido.

"El Joventut era el equipo que más temía porque siempre nos ha puesto muchos problemas", dijo el ex jugador internacional, que tiene fácil ponerle nombre y apellidos al peligro: Clay Tucker, la estrella del Joventut, promedia 18,9 puntos y 49% en tiros de tres. "Está jugando a un gran nivel y será complicado. El DKV se ha quedado muy arriba. Ganó al Valencia y demostró ser un equipo muy peligroso. Será un rival temible". ¿Qué piensa Ettore Messina, el prestigioso entrenador de su conjunto? "Estos torneos son realmente espectaculares. Con este formato, todo puede pasar. Nuestra Copa empieza y acaba ante el Joventut".

El Barça, favorito por plantilla y resultados, evitó en el sorteo jugar contra el Madrid y el Caja Laboral hasta la final. Para el equipo de Ricky Rubio la Copa es un objetivo tangible. Para el Estudiantes, que se clasificó tras un triple carambola -derrota de Unicaja, victoria propia ante el Xacobeo (90-66) y del Fuenlabrada sobre el Lagun Aro- "es un premio".

"Nos hace mucha ilusión volver a la Copa y este año, que no somos anfitriones y lo hemos ganado por méritos propios la afrontamos con un espíritu distinto, enteros de moral aunque con humildad", argumentó Nacho Azofra, el director deportivo del equipo, que vio a su plantilla destrozada por la gripe A y al borde del precipicio cuando perdió los primeros cinco partidos de la temporada. "Desde que pasamos el primer bache inicial", razonó Azofra; "el equipo está jugando con confianza. Se plantean bien los partidos y competimos con regularidad", señaló. "Tres días buenos los puede tener cualquier equipo...hay que creérselo".