Las señales del PSOE
A este ritmo, el PSOE va a elegir a sus candidatos para las alcaldías después de las elecciones municipales. Desde que Zapatero instaurara el quietismo orgánico mientras dure la presidencia española de la UE, han sido infructuosos los intentos de la dirección regional del PSOE por adelantar los plazos para elegir a los candidatos de las ciudades andaluzas de más de 50.000 habitantes donde no gobiernan. Por ello, el panorama es desolador. Salvo la alcaldesa de Jaén, Carmen Peñalver, no hay un líder claro para encabezar el cartel electoral en ciudad alguna. Ni siquiera en Sevilla, donde Alfredo Sánchez Monteseirín lleva tres mandatos como alcalde y amenaza con irse un año antes de que lo echen.
No es de extrañar que ante esta situación, los dirigentes del PSOE de Málaga, que para eso fueron los primeros en tener un responsable de I+D en su ejecutiva, hayan diseñado una curiosa estrategia para dar a conocer a su candidato. Irán ofreciendo señales o pistas sobre quién es el elegido, pero sin descubrir oficialmente su nombre. Por lo tanto, de aquí hasta el verano, que es cuando la ejecutiva federal lo proclamará, si usted va por una carretera de Málaga y descubre unos círculos misteriosos en un campo de cosecha, no se asuste. No son extraterrestres. Igual se trata de una señal dando pistas de quién será el próximo candidato del PSOE a la alcaldía.
La iniciativa la apuntó el otro día el número dos de los socialistas en Málaga, Francisco Conejo. Aunque él no lo ha dicho, se trata de una especie de campaña intriga -teaser, en el argot publicitario-, esos anuncios donde no se desvela el nombre del producto, al objeto de generar curiosidad entre la audiencia y aumentar el nivel de interés por conocer la resolución. Aunque en el caso concreto de Málaga, el misterio del candidato es como un anuncio de leche cuya intriga empezara diciendo: "Es blanca y en botella". Pues eso, en la capital malagueña el candidato fue consejero y es delgado de segundo apellido, por lo que la intriga se reduce a conocer otro tipo de señales que están apareciendo por algunas agrupaciones socialistas y por la Diputación Provincial. ¿Serán señales de humo, de esas que anuncian una guerra entre tribus? Pero quién sabe, igual al final hay muertes -muertes políticas-, misterio y un final inesperado.
Como cunda el ejemplo de Málaga en otras ciudades andaluzas, los votantes del PSOE se van a poner de los nervios, ya que las señales, al igual que los sueños, son interpretables. Puede que algunas pistas signifiquen algo, puede que otras no. Pero ¿cómo distinguir por un signo y por un gesto el candidato que corre de boca en boca del candidato tapado? ¿O cómo distinguir en una simple señal un líder de futuro con otro futuro sin líder?
El PSOE lleva sin presentar candidatos con opciones de recuperar las alcaldías de las grandes ciudades andaluzas desde el año 1995. Ha perdido también la franja litoral de toda la Andalucía oriental y la segunda línea de costa. En las últimas municipales vio cómo se resquebraja parte de su poderío en localidades del interior. El presidente de la Junta, José Antonio Griñán, no ha ocultado su intención de opinar sobre los candidatos socialistas para las municipales. De hecho, muchas de sus prisas por sustituir a Chaves al frente de la secretaría general del PSOE-A tenían que ver con este deseo. Griñán sabe que un descalabro en las municipales sería una señal. Una señal inequívoca de que el PP podría acabar con tres décadas de gobierno socialista de la Junta en las autonómicas. Y aquí estaba la intriga: si Griñán se convertía en el líder del PSOE antes de las municipales, un mal resultado estaría en su haber. Si lo deja para después, será responsabilidad de una dirección regional de la que él no es todavía máximo responsable. Griñán ha dado una pista: opta por lo segundo.
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