A falta de juego, goles de Messi
El delantero argentino resuelve después de que Valdés mantuviera vivo al Barça cuando más apretó el Tenerife
El Barcelona sigue líder de la Primera División después de solventar el partido contra el Tenerife con más acierto que juego. Logró el campeón del mundo su primera victoria del año en un campo especial, porque en suelo chicharrero se dejó el Madrid dos títulos a principio de los años 90 que celebró el dream-team. Tres goles de Messi -el tercero magistral-, los tres a pase de Bojan, uno de Puyol, en una jugada de estrategia, y otro en propia meta de Luna, que intentó evitar el disparo de Pedro, le dieron el triunfo al Barcelona en un encuentro mucho más tenso de lo que al final reflejó el marcador. Ganó el Barça, antes como pudo que como hubiera querido, pero se llevó tres puntos que, a fin de cuentas, era de lo que se trataba. El Barça ganó mejor de lo que jugó.
TENERIFE 0 - BARCELONA 5
Tenerife: Sergio Aragoneses; Juanlu (Culebras, m. 46), Luna, Pablo Sicilia, Bellvís; Ricardo, Mikel Alonso; Kome, Alfaro, Ayoze (Dinei, m. 68); y Alfaro. No utilizados: Luis García, Angel, Richi, Román y Núñez.
Barcelona: Valdés; Alves, Márquez, Puyol (Milito, m. 83), Maxwell; Xavi (Chigrinski, m. 85), Busquets, Iniesta (Pedro, m. 81); Messi, Bojan y Henry. No utilizados: Pinto, Thiago, Jonathan y Abidal.
Goles: 0-1. M. 35. Messi, a centro de Bojan. 0-2. M. 43. Puyol cabecea una falta lanzada por Messi. 0-3. M. 45. Messi, tras otro centro de Bojan. 0-4. M. 74. Messi la coloca por la escuadra. 0-5. M. 85. Pedro resuelve con la ayuda de un defensa.
Árbitro: Pérez Lasa. Mostró tarjeta amarilla a Luna, Márquez, Ayoze y Kome.
Heliodoro Rodríguez. 22.810 espectadores.
A Xavi le costó aparecer en el choque e Iniesta tuvo que dar un paso al frente
El Barça, con tres tantos, sentenció en 45 minutos: fue demasiado premio
La visita del Barcelona de las seis copas a Tenerife, que se vivió como una fiesta en la isla, a punto estuvo de convertirse en una fecha histórica, porque salió bravo el Tenerife, dispuesto a morir matando. Al Barcelona le salvó Valdés antes de que Iniesta asumiera el mando y Bojan reivindicara su clase en la banda dando dos pases de gol como si fuera un extremo izquierdo de otras épocas. Sancionado Ibrahimovic, Guardiola apostó de entrada por Bojan antes que por Pedro, que volvía a casa y que se llevó la ovación de la noche cuando salió en el segundo tiempo por Iniesta. Al de Linyola siempre se le ha tenido en el cuerpo técnico por un nueve antes que un jugador de banda pero ayer dejó claro que también es capaz de sobrevivir fuera del área. Bojan jugó mucho mejor cuando encaró a Luna pisando la cal que cuando se buscó la vida entre los centrales.
Dos pases de la muerte del canterano a Messi, y un remate de cabeza de Puyol a la salida de una falta lanzada por el argentino, sentenciaron el partido en los primeros cuarenta y cinco minutos, demasiado premio para tan poco juego y excesiva pena para un Tenerife que salió bravo pero, otra vez, pecó de inocente. No juega mal el equipo de José Luis Oltra, que mira antes la puerta ajena que la propia, y llenó el centro del campo para impedir las triangulaciones del rival, lo que consiguió durante un buen rato. Pero su desvergüenza no se traduce en goles y no alcanza de media un tanto por partido. Le condenó su falta de pegada ante un Valdés inmenso, que apareció para mantener la portería a cero y el partido a tiro cuando más sufrió el Barcelona la insolencia canaria.
El partido entró en barrena desde el inicio y bien pronto se convirtió en un intercambio de golpes. Se tambaleó el Barcelona, a quien se le atragantan los duelos a campo abierto. La bola iba y venía de un lado a otro del campo y desde la presión a los volantes salía disparado el conjunto chicharrero, que se fue con todo a por Valdés cada vez que robaba la pelota. Alfaro se plantó sólo tres veces seguidas pero Valdés no le dio opción y le cerró tanto el camino que primero remató al larguero, la manopla derecha del catalán frustró el segundo intento y, a la tercera, Valdés se quedó con la pelota. Tan desesperado el Tenerife como descontrolado el Barcelona, el partido se convirtió en un despropósito, especialmente para el campeón, tan desdibujado que se quedó sin relieve. Suele decir Xavi que no le gusta descansar, porque luego le cuesta mucho encontrar el sitio y, viéndole ayer, algo de cierto debe haber en ello. Le costó aparecer en el partido, ofrecerse a los centrales, pareja que formaron ayer, por segunda vez en lo que va de Liga, Márquez y Puyol. Como tampoco lo tuvo fácil Busquets, al que le encimaban tanto que no lograba conectar ni con Xavi ni con nadie. Llegados a ese punto Iniesta dio un paso al frente, pidió la pelota, la bajó al suelo y sacó al equipo del marrón en el que se había metido, al menos el tiempo suficiente para que el Barcelona solventara el duelo antes del descanso.
Como ya estaba todo el pescado vendido, el segundo tiempo se convirtió en una cuenta atrás que terminó en una manita exagerada, gracias a una vaselina genial de Messi y al gol provocado por Pedrito, que, como había prometido, no lo celebró. Después de tanto sufrir, resulta que le sobraron minutos al partido, así que el Barcelona terminó con Chigrinski de pivote y con Gabi Milito debutando en la Liga.
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