La Iglesia que gobernará Munilla

Juan María Uriarte traspasará mañana los poderes sobre la diócesis guipuzcoana al obispo in péctore de San Sebastián, José Ignacio Munilla. ¿Cuál es la herencia que le deja? ¿Cómo es la iglesia que le tocará gobernar al nuevo prelado donostiarra? Uriarte la presentó como "modélica" en su despedida a los fieles hace una semana y le pidió a su sucesor que la "redescubra y potencie" en el futuro. Los sacerdotes consultados por este diario describen la Iglesia guipuzcoana como una organización "desjerarquizada", muy participativa, con una alta participación de los laicos, una firme implicación en la paz social y política y con un clero muy envejecido.

"La búsqueda tenaz de la paz, la ayuda extraordinariamente generosa al Tercer Mundo y la acogida humana y espiritual a los inmigrantes" son las tres principales señas de identidad que destacó Uriarte en su adiós. "No es una Iglesia clerical", dirigida exclusivamente por monjas, frailes y curas, asegura un párroco. Munilla se encontrará, añade, con una estructura "muy democrática". Las grandes líneas de acción de la diócesis, y donde el obispo presenta sus propuestas, se deciden en el seno del consejo pastoral, integrado por 123 personas, elegidas por votación entre sacerdotes, religiosos y seglares. Un consejo presbiteral, formado por 35 curas elegidos entre todos los demás, tiene la misión de ayudar al obispo en sus labores de gobierno. La última instancia rectora es el consejo episcopal, donde están representados los asesores particulares del prelado.

La media de edad de los sacerdotes es de 72 años y sólo hay 5 seminaristas

La Diócesis de San Sebastián, creada en julio de 1950 y perteneciente desde 1956 a la provincia eclesiástica de Pamplona -hasta esa fecha estaba adscrita a la de Burgos-, está dividida en 15 arciprestazgos y cuenta con 216 parroquias, además de otros 20 centros de culto. En la actualidad, y en línea con el debilitamiento vocacional de la iglesia en Europa, el clero guipuzcoano está muy envejecido. La media de edad de los alrededor de 300 curas es de 72 años. Sólo hay 65 presbíteros menores de 60 años. Y el relevo está muy complicado: en el Seminario donostiarra se están formando cinco jóvenes para ser sacerdotes. Esta preocupante escasez de pastores se compensa en esta provincia con una "fuerte implicación de los seglares". Un sacerdote asegura que "es una iglesia con una alta espiritualidad bíblica y litúrgica", con 108 grupos de lectura de la Biblia y más de 2.000 laicos que colaboran en las celebraciones de la eucaristía dominical y la vida sacramental. Las mujeres tienen una altísima presencia en los grupos de apoyo a los sacerdotes, en catequesis, visitas a enfermos o a los reclusos. En los últimos diez años, más de mil seglares han recibido formación académica en el Instituto de Ciencias Religiosas, dependiente del Obispado.

Otro de los rasgos diferenciadores de la diócesis, apuntan desde dentro, es su "implicación en la pacificación social y política", mediante la presencia activa en "grupos que impulsan acciones por la paz y movimientos de este tipo". La diócesis donostiarra arrastra desde hace muchos años el estigma de estar alineada con las tesis del nacionalismo vasco. Por ahí le han venido las mayores críticas y ha podido ser uno de los motivos por los que la Conferencia Episcopal se haya decantado por nombrar obispo de San Sebastián a Munilla, a quien sitúan en el ala más conservadora y antinacionalista de la Iglesia.