_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Arenas añora a Chaves

A Javier Arenas le ha ocurrido estas Navidades lo que le pasa a cualquier ciudadano, que la nostalgia se apodera de la memoria y te vienen a la mente los recuerdos de los seres más cercanos, en especial de aquellos que ya no están. Aunque resulta difícil creerlo, Arenas añora a Chaves como presidente de la Junta. Incluso siente nostalgia de sus gobiernos. Dice que eran mejores que el que tenemos ahora en Andalucía. "El Gobierno de José Antonio Griñán es peor, con Chaves tenían más impulso y más iniciativa", ha afirmado en una entrevista. No lo ha dicho, pero estoy convencido de que el líder del PP también echa de menos a Gaspar Zarrías. Un líder del PP en Andalucía parece menos líder desde que no está Zarrías para censurarle.

Asegura Arenas que el Gobierno de Griñán no trabaja a tiempo completo, que se trata de un ejecutivo de "9 a 3". Y recuerda, con cierta melancolía, las legislaturas aquellas en las que los miembros del Gobierno le criticaban a él las 24 horas del día, no como ahora que sólo le critican unos pocos y en horario de oficina. Tampoco lo ha dicho, pero estoy seguro de que Arenas piensa que él también era un mejor líder del PP contra Chaves que frente a Griñán. Qué tiempos aquellos para la oposición, en los que las promesas incumplidas eran más que las cumplidas. Y no éstos de ahora, en los que todo el trabajo de desgaste al Gobierno regional lo hace en solitario la crisis económica y el consiguiente aumento de las listas del paro.

Arenas se ha acordado de Chaves al hacer el balance del 2009: "El año de la crisis política, la crisis económica y la crisis social". Y ha tenido una visión. Con Griñán al frente del Ejecutivo regional ha alcanzado la raya. Se trata de esa sucesión continua de puntos que divide el lugar donde se ubica la oposición del destinado a albergar al gobierno. La raya que no cesa, esa que permanece inamovible desde las primeras elecciones autonómicas en la comunidad. El dirigente del PP, que lleva 16 años convirtiendo en victorias políticas cada una de sus derrotas electorales, admite ahora que "por primera vez existe en Andalucía un escenario de victoria", de lo que se deduce que todas las veces que lo había dicho antes ni él se las creyó. Y lo más curioso de todo, es que lo ha comentado con la naturalidad del que acaba de acceder al cargo y tiene un presentimiento: "Creo que hemos rebasado la raya que divide la oposición de un futuro gobierno".

Como ha contado el propio Arenas, la imagen que simboliza esa raya en las turbulentas aguas de la política se dejó ver meses atrás en el polideportivo de la localidad sevillana de Dos Hermanas. Fue durante la celebración del mitin que los populares montaron en este feudo socialista. Allí se fotografió la silueta de un partido que ha pasado de ser una alternativa política a los socialistas a que los ciudadanos lo vean como "posible gobierno" de esta comunidad. Por eso, Arenas está contento. Ha rebasado la raya. Y además ha visto una silla vacía. Dice que es una silla que está desocupada en el Gobierno regional hasta que llegue el cambio. Según el dirigente del PP, Manuel Chaves "no se acaba de ir" y su sustituto José Antonio Griñán "no termina de llegar". De lo que se confiere que, esperando sentarse en la silla, el único que permanece inalterable es él, que se sucedió a sí mismo, pretendió varias veces suceder a Chaves y ahora quiere suceder a Griñán.

El problema de Arenas es que, con la actual crisis económica, que acumula ya una cifra cercana al millón de parados en Andalucía, y frente a un partido que lleva tres décadas de forma ininterrumpida en el poder, sigue sin poder alcanzar la silla. Al igual que Arenas añora a Chaves, quizás llegue un día que sean los socialistas los que sientan nostalgia por el líder del PP, ese contrincante político que les garantizaba el gobierno en la comunidad.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_