Ortiz festeja el debut de Lillo

Una estúpida falta de Casado, un despeje sin sentido al borde del área y un gran disparo de Ortiz Bernal que provoca que el inseguro Renan haga la estatua. Gol y triunfo. Tres acciones técnicas que decidieron un derbi andaluz marcado por la igualdad, en la que el Xerez no mereció perder y el Almería encontró demasiado fruto a su juego parsimonioso e ingenuo. Así es el fútbol. Debutó Juan Manuel Lillo en el banquillo local y su manual, seguramente repleto de ideas para reanimar al Almería, no podía contemplar un final tan feliz, una explosión de alegría que hizo olvidar los apuros sufridos a lo largo del partido. Cuando faltaban dos minutos para la conclusión, con el empate como resultado más lógico, el veterano Ortiz Bernal ofició la única verdad suprema de este deporte, el gol, que suponía además un triunfo de oro para su equipo.

La mano de Lillo se dejó notar con un Almería que jugó sin delantero centro y acumuló hombres y toque en el centro del campo. Una aglomeración que le sirvió a duras penas para tener el balón y que sin embargo le vino bien al Xerez. Abel, un mediapunta pinturero y sin gol, gozó de tres buenas ocasiones en los primeros veinte minutos de juego. El tanto no llegó y el partido se igualó mucho, al mismo tiempo que se enmarañó. Desaparecieron las llegadas del Xerez, el Almería no salía de su juego inocuo y Lillo suspiró cuando Turienzo no consideró penalti un empujón de Acasiete a Momo dentro del área. Decididamente, todo se puso en contra de este Xerez que enfila el camino de Segunda División. Faltaban once minutos para el final y Lillo decidió jugar de forma más directa, con Goitom arriba y los dos Ortiz en banda derecha. Uno de ellos, Ortiz Bernal, acertó de gran disparo para dar respiro al Almería y hundir al Xerez, a 8 puntos ya de la salvación. Le salió bien la jugada a Lillo. Ya habrá tiempo de analizar formas y conceptos.