La última frontera

Tras otro año inolvidable después de su paseo triunfal hacia el Mundial de Suráfrica, y en el que la única frustración fue la derrota en la Copa Confederaciones, despiste que no le ha impedido inaugurar el año entrante en lo más alto del ranking de la FIFA, España "no irá como antes" a la colosal cita que arrancará el 11 de junio en Johanesburgo. Así de claro lo tiene el seleccionador, Vicente del Bosque, que ha manejado con la habilidad que le caracteriza la transición que supuso la marcha de Luis Aragonés tras levantar la Eurocopa de Austria y Suiza. Dos años después del éxito cosechado en el Prater de Viena proclamando las bondades de un fútbol exquisito que enamoró al planeta, La Roja regresa a la alta competición con todas las garantías. "No tenemos que poner freno a esa euforia y ese sueño", insiste Del Bosque, punta de lanza de un proyecto que hace no mucho podría calificarse de fantasía.

El Mundial será el colofón de una temporada que continuará deleitando con el pulso entre el Barça de La Masia y el Madrid de la galaxia y que también resolverá qué Liga es la mejor, la española o la inglesa. Otro apunte más de un año tan especial es que incluso la final de la Champions romperá con sus tradiciones. El 22 de mayo, un sábado en vez de un miércoles, el campeón europeo saldrá del Santiago Bernabéu por cuarta vez, la primera desde 1980.