"Hemos llegado a la calle"
Curro Segura, técnico, y Alberto Blanco, director deportivo, repasan la trayectoria del Xacobeo Blusens cinco meses después de sacar un conjunto de la nada
Acaba 2009 con un nuevo invitado en la ACB, un proyecto deportivo forjado en tiempo récord tras esperar 19 años una sentencia a favor por una alineación indebida del Júver de Murcia que le costó perder la máxima categoría. El Obradoiro ha pasado a ser el Xacobeo Blusens; de competir en una división regional, a ganar al Madrid; de jugar para la familia y los amigos, a reunir 6.000 espectadores en el pabellón de Fontes do Sar y movilizar aficionados de toda la comunidad. En cierto modo, es el primer intento de aunar a los gallegos en torno a un equipo. Su técnico, Curro Segura (Granada, 1972), y su director deportivo, Alberto Blanco (Vilagarcía, 1970), repasan la epopeya desde que el 1 de agosto llegaron al club para iniciar una construcción inédita. Hoy juegan contra el Bizcaia (20.45, TVG). Llevan cinco triunfos. Con ocho más Galicia también disfrutará de la ACB en 2011.
"La gente de Granada no va a ver al Unicaja. Aquí vienen a vernos de A Coruña y Vigo"
"Los jugadores dudaban al no saber si cobrarían ni en qué pabellón jugarían
Curro Segura. Recuerdo cuando me llamó Miguel Juane
[ex jugador y director general del club] y me ofreció ser el entrenador. Me motivó porque fue muy claro. Me dijo que esto era un solar y que necesitaba gente que se remangara y se pusiera a currar. No me vendió humo, pero era un reto increíble. No dudé.
Alberto Blanco. A mí sí que me hicieron dudar detalles, como que estaba muy cómodo en Málaga y tampoco tenía experiencia en la ACB. No sabía si estaba preparado, pero me convencí pronto: la oportunidad era irrepetible porque hay condicionantes que jamás se volverán a dar. Yo trabajaba buscando chavales para el Unicaja. Desde el principio decidimos ir a por jugadores que nos convencieran al ciento por ciento a los dos.
C. S. El primero fue Kostas [Vasileiadis]. Ofrecía el perfil que buscábamos. Con muchísimo carácter, quería demostrar que podía jugar en la ACB y aprovechar la oportunidad que no le dieron en otros sitios. Hubo otros que prefirieron irse a Turquía o Polonia para estar en la Euroliga a venir a Galicia a jugar por no descender.
A. B. Hay un detalle importante. Es público que el club llevaba 19 años esperando lo que está viviendo y que nosotros lo teníamos muy dentro, pero creo que desde el cuerpo técnico se lo habéis sabido transmitir a los jugadores. Se trataba de que la gente que ha llegado supiera lo que es el Obradoiriño. Ahí está una de las claves del rendimiento y de que el grupo se imponga a las individualidades.
C. S. Recuerdo que los agentes y los jugadores nos transmitían dudas. Querían saber si iba a funcionar. No sabían si iban a cobrar, quiénes serían sus compañeros, en qué pabellón jugarían... Poco a poco, formamos la plantilla y repartimos los papeles. Llego Kostas, que sabíamos que sería importante; luego, Djedovic, los grandes... Con los bases dimos más vueltas. Jackson llegó cuando faltaba una semana para empezar la Liga
A. B. Con los estadounidenses sabíamos lo que traíamos. El rendimiento de Jackson está condicionado por las lesiones, pero es de los más valorados. De Terry conocíamos su potencial físico y que había que trabajar para que fuera más regular. Estás consiguiendo que se implique más. Es joven y la gente no lo entiende, pero tiene una responsabilidad familiar muy grande, con muchas personas a su cargo. A veces eso le presiona.
C. S. Al final, de lo que se trata es de tener en la pista gente que nos ayude. Terry está en proceso de aprendizaje. A veces se va de los partidos cuando le meten un tapón o le pitan falta. Confío en que sea más constante.
A. B. Lo bueno es que hemos ganado partidos sin los estadounidenses. Acertamos a lograr que el juego del equipo no dependa de ellos. Todos suman.
C. S. El equilibrio gana más partidos y nuestro camino es la solidaridad, defendernos y que el rival no anote con facilidad. Tendremos más posibilidades de salvarnos con partidos con puntuaciones bajas.
A. B. Lo que ocurre es que el vagón central de la Liga es nutrido. Somos candidatos al descenso, pero hay pocas diferencias entre ocho o diez equipos.
C. S. La ACB es cada año más exigente. Lo bueno es que hemos ganado cinco partidos y que en Santiago se habla de baloncesto. Esta semana me vino a saludar una aficionada y me dijo que, sin entender, vino dos veces al pabellón y se ha enganchado. Hemos llegado a la calle.
A. B. Yo creo que excede Santiago. Yo vivo en Vilagarcía y lo veo. El 40% de los abonados son de fuera de Santiago. La gente de Granada no se abona al Unicaja, pero aquí la de A Coruña y la de Vigo viene a vernos. Siempre hubo mucha afición al baloncesto en Galicia. Se ha sabido vender bien el producto. Y luego está lo de los 19 años y que hemos empezado bien.
C. S. Vivimos una luna de miel. La gente se ilusiona porque es consciente de que lo estamos dando todo. Le ganamos al Madrid, pero también veníamos de tres partidos perdidos y luego hemos vuelto a caer.
A. B. Las críticas son lógicas. Si no las asumiéramos, no tendríamos que dedicarnos a esto.
C. S. Sí, pero llevamos un desgaste extra. En otros sitios llega junio y no están pendientes del pabellón, de las oficinas...
A. B. Quienes al principio nos veían con cariño empiezan a percibir que somos sus competidores. Un mérito tuyo y de los que trabajamos en la pista y fuera.
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