Joan Monleón, aquel actor que fue Micalet García
Joan Monleón, actor y showman valenciano, falleció ayer, 28 de diciembre, a los 73 años. No recuerdo en qué momento Joan Monleón -para su madre siempre fue Juanito- pasó a ser El Monle, pero debió de ser hace mucho tiempo y seguro que en ello tuvo algo que ver Rafa Gallart, el director teatral que primero olfateó sus cualidades histriónicas para las artes escénicas y le hizo debutar -aunque ya llevaba años desfilando en la Cabalgata del Ninot disfrazado de Obelix- en aquella obra, que ahora hasta podríamos decir de culto, que fue La infanta Tellina i el Rei Matarot. Todo esto, con Franco entrando para siempre en el Valle de los Caídos y un Teatre Micalet que igual servía para presentar a Jaume Sisa y su cabaret galáctico que como centro de conspiración cultural.
Un Monleón orxater, que lo mismo lo tenías por las mañanas sirviendo cafés y cremas catalanas en La Holandesa que por las noches transformándose en el Rei Matarot, junto a una carnal Reina Tellina interpretada por Empar Ferrer y una Piula inolvidable a cargo de Merxe Banyuls, y todos ellos vestidos y atrezzados por Gaby Noguera y Rafa Gassent, que por entonces ya practicaba el futuro multidisciplinar que vendría después, y se desdoblaba en versión local de El rey Lear para la función teatral y en Concha Luján en El último cuplé para el fin de fiesta y apoteosis.
Monleón -que nació en Valencia en 1936- y Els Pavesos fueron la ensalada autóctona y festiva, el spaghetti-cançó, en los años en que el País Valencià será d'esquerres o no será y la cançó era un arma cargada de futuro. Pero Monleón y Pavesos tenían que ser por fuerza otra cosa, y por supuesto, estaban más cerca de Bernat i Baldovi y Rosita Amores que de Raimon y Carlos Marx. Más allá del Ebro alguien llegó a compararlos con el Magic Circus pero aliñados por las varietés y el viento rural autóctono, y pusieron tracas y energía anarquizante en los días del carnaval democrático con raciones de Paquito El Xocolater y La manta al coll como combustible. Hasta llegaron a actuar con el humorista argentino Copi en los tiempos del Saló Diana barcelonés y el teatro asambleario. Entre el público, un aguerrido ejército de travestis de las Ramblas que silbaban el humor minimalista del argentino mientras aplaudían, nunca mejor dicho, como locas el travestismo fallero del Monle y su corte valenciana de los milagros.
No sé si aquellos fueron los mejores años del Monle, los míos desde luego que algo sí, sobre todo cuando se tienen 20 años y nada te hace daño. Quiero pensar que también para él, aunque después viniera el cometa televisivo y lo encaminara hacia el polígono del acceso de Ademuz en los tiempos del califato de Amadeu Fabregat. Pero para entonces Joan Monleón ya había dejado veladas gloriosas junto a Merxe Banyuls, copia indígena de la pareja Luis Mariano y Gloria Lasso, en el Teatro Grec de Barcelona, en las noches del Marxador del Micalet o en la plaza mayor de un pequeño pueblo de La Marina. Aunque sólo fuera cantando Micalet García, aquel xic treballador que soñaba con ser funcionario municipal. Lo que daría por volverlo a ver.
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