Bachata con champán

Aguardando un afortunado comprador se quedaron más de 30 series (90 millones de euros) del ansiado premio gordo de la Lotería de Navidad. No está claro cuántos décimos se han devuelto exactamente en la Administración 146 de Madrid, del popular distrito de Tetuán, que tenía todas las series del 78.294; pero, en cualquier caso, la euforia estaba servida. El gordo más alto de la historia se reservó para la empresa Viajes Marsans hasta mediados de mes, y el resto de décimos se repartieron en ventanilla hasta el mismo lunes por la noche.

El premio se cantó poco después de las 11.30, y muy pronto las inmediaciones de la administración del número 201 de la calle de Bravo Murillo se convirtieron en una fiesta. La primera gran protagonista fue Visitación Mayordomo. Entró en la administración radiante, agitando una fotocopia del 78.294, dueña convencida ya de 300.000 euros. Se abrió paso como pudo entre los periodistas para abrazar a las trabajadoras: "¡Tenía que darles las gracias!", decía esta propietaria de una pequeña tienda de muebles del barrio, que ayer a mediodía permanecía cerrada con un cartel de "Vuelvo en cinco minutos". Un rato antes, Mayordomo explicaba cómo se había enterado del premio: "Lo he oído por la radio, me he puesto a llorar como una imbécil y luego he llamado a mi marido y mis hijas". Hacía siete días que había comprado el décimo, que servirá "para cubrir la hipoteca, pasar unas buenas navidades y darle algo a los pobres".

Más de 30 series se quedaron en Bravo Murillo sin vender

En medio del barullo alguien robó un móvil y una cartera

El gordo ha caído en el barrio en un momento "muy bueno", según el dueño de la administración, Antonio Bonet. Junto a él, su hija y tres empleadas brindaron con sidra por el primer gordo en tres décadas de historia del establecimiento. "Ha sido un año difícil, un buen momento para que toque", decía Bonet vaso de sidra en mano, contento pese a no tener ningún billete agraciado.

Algo aturdido llegó a la administración Pedro Ruiz, ganador de la friolera de tres millones (una serie). "No he pensado en qué lo voy a gastar, me siento muy bien", era lo que alcanzaba a decir mientras su hijo, de unos 40 años, lo apartaba del bullicio.

Pero el 78.294 también ha llevado la suerte al otro lado del Atlántico. La comunidad dominicana, muy numerosa en el distrito, celebró el premio al ritmo de la bachata y del grito: "¡Se bebe!". El gordo sólo había tocado a un amigo (que había desaparecido) pero algo de su felicidad se les había contagiado. Estaban radiantes. También acarició la suerte a Sabino Calderón, ecuatoriano, casado y con familia en su país, que ahora planea "viajar a Ecuador y luego comprar una casa y un coche". Completaban el cuadro de la euforia los curiosos y los empleados de banca, que eran legión y asaltaban a los premiados con sus tarjetas de visita. La nota discordante la pusieron algunos mangantes, que durante la mañana robaron, al menos, un teléfono móvil y una cartera.

78.294, El Gordo de la Lotería de Navidad

78.294, El Gordo de la Lotería de Navidad