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Reportaje:EL JEFE DE TODO ESTO | Eduardo Esteban Rincón, abogado

El fiscal de los 35.300 casos

El jefe de Madrid dirige a 193 colegas en la oficina más congestionada de España

F. Javier Barroso

Desde el despacho de Eduardo Esteban Rincón se divisa gran parte de la capital y se aprecia la sierra repleta de nieve. No en vano, el fiscal jefe provincial de Madrid está en la planta 13 de un edificio de la calle de Santiago de Compostela, en el distrito de Fuencarral-El Pardo. Su mesa está repleta de legajos, de papeles, de informes. "Aquí siempre hay trabajo para dar y tomar", bromea este segoviano de 52 años que tiene a sus órdenes a 193 fiscales de la región, a los que hay que sumar unos 220 funcionarios más.

Esteban es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense. Entró en la carrera fiscal en los años ochenta. Tras pasar por Barcelona, fue destinado a Madrid. Primero en Alcalá y más tarde en Getafe, hasta que recaló en la capital. Lleva en el cargo un año y 10 meses, tiempo que casi recuerda a una condena. "Es un puesto muy duro, que me ha quitado el sueño más de un día por muchas y diferentes causas", reconoce Esteban, hablador infatigable.

"Muchas veces parezco un gestor o un jefe de personal", bromea
La escasez de empleados le obliga a hacer encajes para cubrir las guardias
"Nosotros deberíamos dirigir las investigaciones en lugar del juez"

¿Cómo es una jornada de trabajo como fiscal jefe? Esteban reconoce que tiene muchas reuniones y que se encarga de organizar a los fiscales y funcionarios. "Muchas veces parezco un gestor o un jefe de personal", bromea dentro de la conversación. Su departamento ve al año la enorme cifra de 941.000 casos. De éstos corresponden a la capital 524.000. "Muchas de estas diligencias se archivan directamente. O bien no hay autor conocido, o no es un delito, o incluso prescriben con el tiempo", explica el fiscal jefe provincial.

De esa ingente cifra sólo llegaron a juicio el año pasado 35.300 procedimientos. Son en los que la Fiscalía de Madrid hizo escrito de calificación. "Ahí es donde empieza el momento más importante para el fiscal, porque tiene que hacer un escrito que recoja todo lo que se ha producido durante la instrucción", señala Esteban. El gran peso se lo lleva la jurisdicción penal, ya que en civil la participación del ministerio público es más reducida. Tan sólo conocen de los casos de divorcio con hijos o de las incapacidades e internamientos. "El escrito de calificación es el que da la gran carga de trabajo. Algunos pueden suponer semanas y hasta meses de trabajo, porque muchos procedimientos empiezan a engordar de manera espectacular", resume el fiscal jefe.

Al igual que ocurre en otras instancias judiciales, la Fiscalía de Madrid también adolece de medios materiales y humanos. O de eso, al menos, se queja Esteban. Sólo en la capital están repartidos en 12 sedes distintas e incluso albergan a los de otras poblaciones: los de Alcobendas han estado en la planta 12 de la Audiencia Provincial, en la capital. Ahora les trasladan y todavía no saben a qué edificio irán. "Nos faltan auxiliares, que son los que realmente están en apoyo del fiscal. Se encargan de mandar oficios, de registrar todos los documentos, de mecanografiar las declaraciones o de elaborar escritos entre otras muchas funciones", relata.

Precisamente, esa falta de personal le obliga a hacer encaje de bolillos para cubrir todas las guardias y para que los casos no se queden sin atender por falta de personal. Algunas ramas están especialmente cuidadas, como las de Violencia contra la Mujer. "Este problema necesitaba una respuesta urgente. Como nuestra intención es que el fiscal conozca todo el procedimiento, desde la denuncia hasta la ejecución de la sentencia, hay dos fiscales por cada juzgado. No hay abandono en ningún aspecto de nuestro trabajo, pero en estos casos mucho menos. Y eso que la carga de trabajo es muy alta", afirma rotundo Esteban. Junto a esta sección hay otras distintas como Menores, Civil, Laboral o un coordinador de Seguridad Vial.

-En su opinión, ¿los fiscales deberían tener más peso en la instrucción de los casos, como ocurre en otros países?

-Desde luego que sí. La actual Ley de Enjuiciamiento Criminal era muy buena en origen pero ya no se parece mucho a la original, por lo parcheada que está. El fiscal debería dirigir, como representante del interés público, esas investigaciones y que el juez sólo se encargara de las cosas más problemáticas, como la defensa de los derechos fundamentales. Nosotros siempre actuamos con gran imparcialidad.

Esteban reconoce que el número de investigaciones que efectúa su departamento crece cada vez más, sobre todo a través de los escritos de particulares y de organismos oficiales, como ministerios o el Tribunal de Cuentas.

Otra de las funciones del fiscal jefe es fijar las líneas de actuación generales. Es decir, que a casos similares, los representantes del ministerio fiscal pidan las mismas cosas y hagan similares escritos de acusación. Muchas de ellas vienen casi impuestas por la Fiscalía General del Estado, pero otras se toman en consenso tras reunirse todos los fiscales o los decanos de cada área. "También estoy obligado a ver los casos más relevantes, que muchas veces no tienen que ser los más importantes mediáticamente hablando", reconoce Esteban. Éste se empapa cada día de tres o cuatro casos, como mínimo.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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