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Reportaje:

Peixeiras bajo los focos

Cuatro vendedores salidos de un casting publicitan en un spot las plazas de abastos

Sepultadas bajo los colosos comerciales, las plazas de abastos reivindican un espacio propio, sinónimo de calidad y atención especializada. Bajo esta premisa se lanzó ayer la campaña Traballamos para ti en Pontevedra que pondrá en las televisiones locales y redes sociales el primero de tres spots protagonizados por las propias placeras de ocho mercados de la provincia.

Un equipo de televisión recorrió en noviembre los puestos de las plazas mientras una nube de fotógrafos envolvía a las vendedoras, estrellas por un día. "De la ría, ¿eh? Lee bien el letrero que es el carné de identidad del pescado", advertían a la cámara. Antes de aterrizar en O Morrazo, la productora Zinqin Audiovisual (Vigo) revolucionó ya los mercados de Sanxenxo, Portonovo, O Grove, Vilanova, Moaña y Bueu. Cerca de un centenar de entrevistas de las que salieron los cuatro protagonistas de la campaña navideña que dispone de página web. ¿El objetivo? Relanzar un comercio de confianza que aún respira el calor de barrio de los años 50, aquél de los mieleros o el cuartillo de aceite, cuando se cogían los puntos a las medias o las alubias se despachaban en papel de estraza.

Las ventas en los mercados bajan ante el auge de las grandes superficies
"Mi mercancía no la tiene el Carrefour, yo voy directamente a buscarla"

Allí donde el formato precocinado no tiene lugar y pese a la calidad del producto garantizada, del mar y de la tierra, las ventas en estos establecimientos tradicionales se diluyen ante el auge de las grandes superficies comerciales, donde nada queda de ese intenso cuerpo a cuerpo con el que las placeras fidelizan su clientela. Irene, que lleva 20 años despachando pescado y marisco a los vecinos de Cangas, dice que el secreto está en "no engañar a la gente". Con los tiempos que corren, a las caras nuevas "hay que tratar de arreglarles las compras para que vuelvan". "Calidad ante todo", explica otra compañera. Desde el puesto de carne, sostiene un caballero que "hay que confiar en la gente, en lo que está vendiendo, esto es como el que va al médico". Tan ágiles vuelan los cuchillos como los consejos: "Anda que no tengo enseñado a la gente a cocer pulpo. ¡Pum, pam! Darle un pouquiño de baile y nada más", aseveran los profesionales de Sanxenxo.

Sólo en las plazas las merluzas son "preciosas". "Raspamos el pescado, los cortamos y le echamos sal, sólo falta cocinarlo" y eso, ríen, "tampoco es problema". Ni en el precio hay color, afirman. Aquí, el kilo de rapantes "va a seis euros y yo lo tengo visto a 11 en el súper", comentan con pesar.

Frente a la facilidad de horarios, la tarjeta de crédito y la comodidad de encontrar casi de todo en un mismo local, las vendedoras de siempre resisten echando mano de la experiencia y la sabiduría popular. El panadero afirma que el pan de maíz "con una taciña de vino tinto y azúcar por encima" es una receta "buenísima", sobre todo "para las noches, para coger calorías". Otros apuestan por suavizar las curvas y recomiendan su rodaballo "a la plancha, porque ahora casi todos estamos a dieta".

En esa línea de asesoramiento gastronómico, una joven placera sorprende al recomendar a una clienta "un chorrito de Martini para cualquier cosa que vaya a la plancha, con un poco de aceite, ajo y perejil". Y hay quien, incluso, reparte doctrina por escrito. "Ahora mismo terminé los folios pero yo doy una recetita siempre", aseguran desde Caldas. En Portonovo, más contundente que el recurrido 3x2, resuena esta sentencia: "La mercancía que vendo yo no la tiene Carrefour, yo voy directamente a buscarla". ¿El pescado? "De la ría y Gran Sol, fresco, fresco". Lo mismo con las carnes. "Lo nuestro es el pollo, del matadero para aquí", replica otra vendedora. Repollo, pimientos, coliflor, "todo del país", canturrean.

Sin tacones pero con el fashion subido de unas botas de agua con purpurina, hay quien sale incluso de detrás del mostrador para lucir pierna. "¿Vosotros sois de la televisión? ¿Seguro?", preguntan poco convencidas pero prestas a colaborar en una iniciativa con la que aspiran a dignificar la profesión. Cada mercado tendrá su color propio e identificativo y la campaña, en la que colabora la Consellería de Industria, pondrá en valor el dinamismo de Caldas; la modernidad de Bueu y O Grove; las magníficas instalaciones de Cangas; Moaña, que presume de página web; Sanxenxo y Portonovo o Vilanova que, en breve, presentará su nueva imagen corporativa.

Los vendedores seleccionados, de entre 112 participantes, son: Nieves Currás (Moaña), Diana Ríos (Bueu) y Víctor y Jaime Rodiño (Portonovo). Rodeados de libros y en la solemnidad de una biblioteca, por ejemplo, invitarán a todos, en general, y a los jóvenes en particular a acercarse a los mercados "si quieres algo fresco, de calidad y de la tierra". Sólo aquí uno puede llevarse un euro de berberechos y pedir unos mejillones de propina.

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