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La Fundación Laxeiro presenta el catálogo universal del pintor

Es el primer artista gallego con toda su obra registrada

José Otero Abeledo, Laxeiro (Lalín, 1908-Vigo, 1996), ya es el primer artista gallego que cuenta con toda su obra catalogada. La fundación que lleva su nombre presentó ayer en Vigo la publicación en la que se documentan 3.581 producciones artísticas, de las que más de 2.300 son referencias inéditas. El catálogo, editado por Nova Galicia, se presenta en tres tomos que incluyen abundante material crítico y bibliográfico, firmado por especialistas, 25 piezas comentadas, una selección de 500 obras y una reproducción reducida de todo el corpus: óleos, murales, grabados, ilustraciones, viñetas en prensa y dedicatorias. Una mini cumbre de autoridades, con el presidente de la Xunta a la cabeza, el conselleiro de Cultura, el presidente de Caixanova, el teniente alcalde del Concello de Vigo y la directiva de la fundación simbolizó el carácter excepcional de la ocasión, que incluso deparó un breve encuentro privado entre Feijóo y Gayoso antes del comienzo del acto.

Han aparecido óleos en Suiza, Brasil y en diversas provincias argentinas

"Pocos artistas europeos disponen de una catalogación semejante", declaró el director de la publicación, el pintor Antón Pulido. Según su criterio, el compendio permitirá descubrir todas las dimensiones de Laxeiro, desde su pasión por el románico y el Maestro Mateo hasta su última etapa, de trazo rápido. "¿A qué parece fácil', me dijo una vez, con toda su sabiduría, cuando terminó un cuadro en mi presencia, 'pero hay que hacerlo", recuerda Pulido.

Desde su nacimiento, en 1999, la Fundación Laxeiro ha hecho de la catalogación universal del pintor su proyecto fundamental. "Cuando se constituyó la Fundación activamos un servicio que llamamos expertización para que los propietarios de las obras de Laxeiro dispersas por el mundo pudiesen certificar su autenticidad", recuerda Javier Pérez Buján, director artístico de la entidad.

La tarea más complicada fue la de conseguir la complicidad de las personas no vinculadas al mundo del arte y poseedoras de un laxeiro. Vencida la resistencia inicial y el recelo de los coleccionistas, la cifra de partida, 500 piezas, empezó a crecer de manera sorprendente. Llegaron consultas desde Suiza, Brasil y varias provincias argentinas. También curiosidades, como la aparición de un mural en una casa particular en Nigrán y el descubrimiento, realizado recientemente por la directora del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires, de cuatro obras más del pintor en los fondos de la pinacoteca, que ya contaba con dos cuadros suyos.

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