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El Gobierno planea grabar las sesiones

Pablo Ximénez de Sandoval

Una de las características fundacionales de la Conferencia de Presidentes era que se celebrara a puerta cerrada. De esta forma, en principio, las intervenciones serían menos condicionadas y el debate más relajado. Pero ese carácter secreto se acabó volviendo contra el Gobierno. En la II Conferencia de Presidentes, cuando se negociaba el dinero para financiar la sanidad, el Gobierno tuvo que filtrar su propuesta económica para que el PP no pudiera salir dando sus propias cifras.

En la III Conferencia, la última, en la que el Gobierno aseguró que se había pactado la distribución de centros tecnológicos por España, los presidentes del PP rechazaron que se les hubiera presentado proyecto alguno o que hubieran acordado nada. Nadie pudo desmentirlos.

En el Salón de Pasos Perdidos del Senado sólo se sentaban en esas ocasiones 21 personas. Los 19 presidentes autonómicos, el del Gobierno y el ministro de Administraciones Públicas. Este último ejerce de secretario de la Conferencia y elabora el acta de la reunión. Este año le corresponde al nuevo ministro de Política Territorial, y hay cuatro asientos más, para los sindicatos CC OO y UGT y las patronales CEOE y Cepyme.

En esta ocasión, todo está preparado para grabar las sesiones. No será un documento público, pero sí servirá para al menos elaborar un acta detallada de lo que pase allí dentro. Fuentes de la organización indicaron, sin embargo, que la decisión no es definitiva. En el último momento, si se decide no grabar, sólo hay que desenchufar el cable. Pero el montaje electrónico está hecho, por si acaso.

La última Conferencia de Presidentes, en enero de 2007, acabó en bochorno cuando se supo que uno de los asistentes (los indicios apuntaron a Pedro Sanz, de La Rioja) había grabado la intervención a puerta cerrada de José Luis Rodríguez Zapatero, que tuvo un desgraciado lapsus cuando se refirió al atentado de la T-4 como "accidente". Gracias a la grabación, este detalle fue exprimido por el PP hasta que boicoteó informativamente la conferencia.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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