Una Fuente que pudo ser mayor

Han pasado más de tres años desde que expertos de la UE evaluaran el proyecto de la Fuente Europea de Neutrones por Espalación (ESS en sus siglas en inglés) en Bilbao, que, tras un largo y polémico proceso, se llevó la ciudad sueca de Lund. Aún así, la capital vizcaína logró quedarse, no sin críticas a la gestión diplomática desplegada por el Gobierno central, con la subsede de dicha infraestructura científica, que hoy comenzará a ser una realidad. El lehendakari, Patxi López, y la ministra de Ciencia e Innovación, Cristina Garmendia, colocarán en el parque científico de la Universidad de Leioa la primera piedra de un equipamiento que absorberá una inversión global de 180 millones en cinco años y generará 160 puestos de trabajo de alto contenido tecnológico, entre directos e inducidos.

"De una lavadora, aquí haríamos la puerta", critica Manuel Tello

El equipamiento absorberá una inversión de 180 millones de euros

El camino para llegar a este punto ha sido arduo y controvertido. De hecho, hay que remontarse a mayo de 2002, cuando 18 instituciones de 11 países europeos relanzaron, en una cumbre en Bonn, el proyecto para construir una Fuente de Neutrones. Pese a que aprobó el examen de expertos europeos para ser la sede de la EES y firmó un acuerdo de colaboración con la fuente de neutrones de EE UU, la candidatura vizcaína cayó ante la ciudad escandinava. Pese a todo, y a través de un modelo de colaboración que desembocó en una candidatura conjunta, Vizcaya se hizo con la subsede, que contará con un centro tecnológico para investigación, desarrollo y fabricación de los aceleradores, además de un laboratorio de pruebas.

El complejo acogerá también una unidad de desarrollo de software con un centro de acceso a distancia para que la comunidad científica pueda hacer sus pruebas a distancia.

El recientemente destituido número dos del Ministerio de Ciencia e Innovación, el ex Secretario de Estado, Carlos Martínez, fue uno de los más grandes y firmes apoyos con los que contó Vizcaya. Desplegó una intensa labor diplomática al celebrar múltiples reuniones internacionales con los países involucrados. De hecho, llegó a calificar la obtención de la sede como "prioridad número uno" del Ejecutivo socialista y aseguró que el Ministerio haría "lo imposible" por conseguir la sede principal. Incluso al conocerse que el grueso del equipamiento iría a parar a Lund, Martínez defendió que la subsede vizcaína reforzaría la "creación de conocimiento en España y su traslación al tejido tecnológico y productivo. Será un proyecto generador de empleo y bienestar ciudadano", defendió.

No obstante, el cambio de planes suscitó agrias críticas por parte del PNV y el PP, y de parte del sector científico. Es el caso de uno de los impulsores de la idea de instalar en los alrededores de Bilbao un laboratorio de Ciencia con mayúsculas. Se trata de Manuel Tello, catedrático de Física de la UPV. El experto sostiene que es un "disparate, científicamente hablando" llamar "subsede" a la futura delegación de la fuente porque en ella sólo se podrán construir pequeñas piezas de aceleradores. "De una lavadora, aquí haríamos la puerta", ilustra. "Era un sueño para el País Vasco de tal envergadura que aún no entiendo por qué el lehendakari y el resto de partidos no se rebelan contra esta decisión", critica Tello. En su opinión, la raíz del problema estuvo en que en las negociaciones para determinar la ubicación de la sede principal España no envió a "ningún científico".

Las dos posibles ubicaciones iniciales eran el Parque Tecnológico de Zamudio y el Parque Científico de la UPV junto a su campus de Leioa. Será en este último emplazamiento donde se levantará la infraestructura, que cuenta con 30 millones de euros (15 del Gobierno central y otros 15 del vasco) para iniciar el proyecto, si bien no existe partida presupuestaria para este equipamiento el próximo año. Las previsiones ministeriales apuntan a que la fuente podrá abrirá sus puertas en 2011, aunque hoy se espera que Garmendia y López ahonden en los plazos y características del proyecto. En Lund se ubicará la instalación principal, un gran acelerador lineal de partículas de 500 metros de longitud.

La espalación es una técnica de producción de neutrones, que no son más que unas pequeñas partículas que se introducen dentro de la materia y permiten estudiar su estructura atómica. Se trata de un campo de investigación con aplicaciones en disciplinas tan variadas como la medicina, la farmacia, el transporte, las tecnologías, las ingenierías o el medio ambiente.