"Stepanek tiene un talento especial"
Ivan Lendl (Ostrava, República Checa, 1960), ex número uno del mundo y ganador de siete grandes -todos menos Wimbledon-, es hoy un ciudadano estadounidense que espera con gran expectación la final de la Copa Davis que enfrentará a España contra la República Checa desde mañana al domingo en Barcelona. Lendl, campeón de la Ensaladera en 1980 con Checoslovaquia, su país de nacimiento, ya no es Iván el terrible, sino justo lo contrario: se pasea con dificultades, convertido en un orondo jugador de golf. "No he jugado al tenis durante 14 años, porque tenía problemas en la espalda", cuenta por teléfono. "Sólo en 2008 pude volver a las pistas, gracias a un doctor que me ha permitido hacer ejercicio sin sentir dolor. Todavía, sin embargo, me cazo a mí mismo viendo partidos y diciendo: '¡Yo lo hubiera hecho de otra manera!".
"Jugué para salir de la Checoslovaquia comunista. Nadie quería vivir allí"
"A los checos les digo: 'Sois los grandes tapados. Es una gran oportunidad"
Pregunta. ¿Qué tenía el equipo checoslovaco campeón en 1980 que no tuvieran los siguientes?
Respuesta. Sólo éramos grandes amigos que se lo pasaban muy bien juntos. Así de simple. Sé que ahora el equipo checo tiene una canción, que cantan para unirse. Nosotros, no. Nosotros viajábamos por todo el mundo juntos, íbamos a los torneos juntos, cenábamos todos los días juntos. Eso nos permitía no vivir en Checoslovaquia, que era un país comunista. Ninguno queríamos vivir allí. Y por eso nos conocíamos los unos a los otros muy bien. Recuerdo que estaba en Estocolmo cuando cayó el muro de Berlín y que lo vi en las noticias de la televisión. '¡Genial!', pensé. Por supuesto, no había anticipado que aquello pudiera pasar. Fue una gran sorpresa. La caída del telón de acero fue la cosa más grande que había pasado en toda mi vida hasta ese momento.
P. ¿Cambió el comunismo su vida y su carácter, la forma que tenía de relacionarse con las personas?
R. Absolutamente. Fue la fuerza que condujo el desarrollo del tenis y de los tenistas checoslovacos. El deporte era la mejor forma de salir del país. Esa fue la mejor motivación, la más fuerte. Al salir de Checoslovaquia, me di cuenta de que también quería vivir una buena vida fuera de lo que era el tenis y de que el tenis era la vía para lograrlo. Ahora veo que no es así para los jugadores checos. Quizás esa sea una de las razones, aunque no la única, por la que no hay más jugadores de élite en la República Checa que Radek Stepanek y Tomas Berdych.
P. Justo ellos han llevado al equipo ahora hasta la final.
R. ¿Lo hubiera esperado al principio del año? Probablemente, no. ¿Me tiene esto en estado de shock? No. Los jugadores checos no son, por supuesto, tan buenos como Rafa Nadal, pero sí muy, muy buenos.
P. ¿Qué es lo que hace bueno a Stepanek?
R. Que juega diferente. Es muy atlético y peligroso, porque los otros no están acostumbrados a su estilo de juego, cargando contra la red. Ya no es usual que alguien juegue así, por la forma en la que se golpea ahora la pelota y los nuevos materiales, las raquetas y los cordajes. Es muy difícil volear consistentemente en estos tiempos, con las nuevas raquetas y la fuerza de los tiros. Tienes que ser muy bueno aproximándote a la red y tener un talento especial para ese tipo de juego.
P. Usted ganó la Davis en 1980...
R. Ganar solo es imposible. Teníamos un gran equipo. Ganar a Argentina fue especial, porque nadie lo esperaba. Nadie pensaba que siquiera pudiéramos ganar un partido: ¡Yo nunca había ganado ni a Vilas ni a Clerc! Fue la primera vez que lo conseguí. Muy duro.
P. ¿Cuál es el consejo que le ha dado a los checos para la final?
R. He visto a Radek en los Estados Unidos. Hemos peloteado juntos [se entrenaron sobre pistas de tierra verde]. Hemos hablado de ello... pero mi política es no comentar esas conversaciones con la prensa. Sí puedo decir una cosa que le he dicho: 'Sois los grandes tapados, cualquier cosa es posible'. Les he recordado que nosotros tampoco éramos favoritos en 1980, cuando fuimos a Argentina a jugar contra Vilas y Clerc. Ganamos. Ahora les digo: 'Es una gran oportunidad. Luchad todo lo duro que podáis'. Hay jugadores a los que les gusta la presión de la Copa Davis y jugadores a los que no. Pienso que después de lo que hemos visto esta temporada, no se puede decir otra cosa de Stepanek y Berdych más que son jugadores Davis. ¿No es una locura que Radek ganara cuando Karlovic consiguió 72 aces contra él?
P. España es el mejor equipo del siglo XXI: lleva tres títulos y cinco finales. Antes, nunca alzó el título. ¿Cómo explica una transformación tan radical?
R. Muy fácilmente. La Federación española hace un trabajo fantástico en el desarrollo de jugadores jóvenes. Cualquier país que quiera desarrollar jóvenes tenistas debería observar cómo lo hace España. Contrata a ex jugadores para entrenar a los jóvenes, y éstos les enseñan a los nuevos cómo viajar, cómo entrenarse, cómo jugar... y les están enseñando todo el tiempo. Ya pasaba en mis tiempos. Gente como Gabriel Urpi se puso a enseñarle a los jóvenes lo que ellos habían aprendido, lo que hace el proceso de aprendizaje mucho más rápido. Eso implica mucho dinero y tiempo, pero es lo correcto.
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