¿Y si Zapatero no tuviese la culpa?
Camps retoma el discurso antisocialista con un PP que duda de su liderazgo
La dirección regional del PP, a instancias del presidente Francisco Camps, anunció ayer la convocatoria para finales de enero o principios de febrero próximo de una convención para hablar de empleo. Un anuncio realizado tan sólo un día después de que el secretario general del PSPV, Jorge Alarte, explicase que los socialistas harán una gran reunión municipalista con alcaldes y portavoces en Elche.
La convocatoria del PP sobre empleo, como la del PSPV sobre municipalismo, tienen como objetivo tensionar las estructuras partidarias y empezar los entrenamientos libres de cara a las autonómicas de 2011. Sin embargo, la cita popular tiene aspectos que, a diferencia de anteriores convocatorias, la dotan de singularidad. Y ésta no estriba en el diagnóstico que el PP valenciano pueda hacer del empleo, que ya está hecho por la dirección regional y no admite matices -las propuestas socialistas son malas y las populares, buenas-, sino en que el protagonismo será para el Consell. Y, si la agenda lo permite, Mariano Rajoy realizará la clausura.
Los populares harán una convención a la que esperan que vaya Mariano Rajoy
Es decir, por ahora no está previsto que el presidente nacional del PP visite Valencia. Al menos hasta que se aclaren las iniciativas judiciales relacionadas con el caso Gürtel y que competen al TSJ de la Comunidad Valenciana. Desde el pasado mes de septiembre, cuando Rajoy inauguró el curso político con Camps en la plaza de toros de Valencia, el líder del PP ha evitado pisar Valencia.
Pese a ello, la convención sobre empleo complementa la decisión del presidente de la Generalitat, puesta en marcha el pasado viernes con Agricultura, de reunirse con los responsables de cada consejería para animarles y pedirles que den un arreón en esta recta final de legislatura.
Estos mecanismos destinados a intentar trasladar una imagen dinámica del presidente del Consell se han acompañado en los últimos días con un recrudecimiento de las críticas de trazo grueso hacia el Gobierno y los cargos socialistas.
Pero lo cierto es que las dudas sobre el liderazgo de Camps han dinamitado hasta ahora sus esfuerzos por intentar recuperar la iniciativa tras meses de escándalos relacionados con el caso Gürtel. En los últimos diez días, Presidencia de la Generalitat ha estado pendiente de los sobresaltos un día sí y otro también.
Los contactos de los hermanos Juan y Ricardo Costa con el presidente provincial de Alicante, José Joaquín Ripoll -que insiste en que el caso Gürtel ha generado un problema político de primera magnitud-, hicieron temer a Camps que se pudiese producir un nuevo cortocircuito en el PP. Pero pese a sus temores, este cortocircuito llegó del área económica del Consell que, sobrepasado por los acontecimientos, ha improvisado su política de fusión de cajas de ahorro e intenta contener el malestar de algunas de las organizaciones patronales más importantes, que se declaran hastiadas de la falta de ideas y de la inacción del Ejecutivo que preside Francisco Camps.
La situación de debilidad del Consell también ha sido aprovechada por el presidente provincial del PP de Castellón, Carlos Fabra, del que Camps ironizó con los socialistas sobre su condición de barón provincial. Con una amenaza tabernaria al vicepresidente económico, Gerardo Camps, el presidente de la Diputación de Castellón logró modificar en menos de 24 horas el proyecto de presupuestos de la Generalitat de 2010 para mantener viva la sociedad encargada de impulsar el parque Mundo Ilusión. O al menos, la continuidad del personal que se dedica formalmente a un proyecto con pocos visos de prosperar, enmarañado como está en cuestiones urbanísticas. La cuestión no tendría tanta importancia si, además, las arcas públicas de la Generalitat no estuviesen exhaustas, tras años de disparar con pólvora de rey.
Y por si todo ello no fuese suficiente, la dirección nacional del PP se ha encargado de subrayar que la complicidad que existía con Francisco Camps y su Gobierno ya no es la que era. Tanto la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, como el vicesecretario de Comunicación, Esteban González, aprovecharon la primera de cambio para darle un cachete a Camps en el pescuezo de la consejera portavoz, Paula Sánchez de León, a cuenta de unas declaraciones en las que relacionó el caso Gürtel con la necesidad de regular el sistema de escuchas Sitel.
Ayer, la dirección regional del PP y el portavoz consejero, Rafael Blasco, volvieron a cargar contra los socialistas y contra el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Aunque en el PP ya hay quien se cuestiona si no será que Zapatero no tiene nada que ver con su situación.
Diez días de tropiezos del Gobierno valenciano
- La rebelión de la CAM: Las presiones del vicepresidente económico, Gerardo Camps, para instar a una fusión CAM-Bancaja crean un enorme malestar en Alicante y cuestionan la labor del responsable económico del Consell.
- Génova enmienda la plana al Consell: La secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, desautoriza a la portavoz del Consell por relacionar el caso Gürtel con el sistema de escuchas Sitel.
- Los Costa se reúnen con Ripoll: Ricardo Costa, el defenestrado secretario del PP, acude a Orihuela a un acto de su hermano Juan. Los Costa se fotografían con los adversarios de Camps.
- Carlos Fabra planta cara: El presidente de la Diputación de Castellón exige mediante amenazas que los presupuestos de la Generalitat de 2010 destinen dinero a Mundo Ilusión. Sus presiones dan resultado. El PP enmendará las cuentas para dotar de dinero al proyecto.
- Críticas empresariales: La poderosa Federación del Metal de Valencia y la patronal provincial CEV se descaran y expresan su enfado con las políticas del Gobierno, pero también del Consell.
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