"Ficha y cumple su horario normal"
A Juan Ramón Ibarra esta investigación le costó el cargo al frente del departamento que persigue el fraude fiscal pero no su trabajo. Dado que no hay ninguna sentencia firme, sigue en la Inspección Fiscal de Vizcaya pero sin ninguna responsabilidad. Su trabajo es administrativo y básicamente se encarga de la elaboración de informes y estudios, aseguran quienes trabajan con él. "Ficha y cumple su horario normal, como los demás. Lo ha pasado francamente mal pero con el tiempo lo va asumiendo. No suele hablar de ello".
Las fuentes consultadas apuntan que este escándalo no ha supuesto ninguna persecución ni castigo hacia Ibarra en el área de la Inspección Fiscal aunque "los cargos si han puesto distancia con él". La irrupción de la Policía en las oficinas, cuando se inició la investigación hace más de seis años, causó una auténtica convulsión entre trabajadores que se dedican a perseguir otros delitos como el fraude fiscal. "Ahora es un tema asimilado".
"Personalmente, hasta que no lo vea confirmado no me voy a creer lo que le imputan. Desde luego, no me creo nada que ha haya habido un lucro personal", afirma uno de los compañeros del ex jefe de la Inspección, en una defensa de la honestidad del imputado. Juan Ramón Ibarra ha mantenido en todos estos años una total discreción sobre el caso en su trabajo, que encaja también con su carácter reservado. "Siempre ha sido discreto y en esta situación, con más razón", señalan en el área de la Inspección.
Tras seis años desde que se destaparon las presuntas irregularidades, el trabajo y el ambiente se ha normalizado aunque a los funcionarios de la Hacienda vizcaína les sigue sorprendiendo que se mantenga la imputación contra otros tres compañeros: un inspector, un subinspector y la jefa de Documentación, acusados de colaborar con Juan Ramón Ibarra en el presunto trato a favor a los contribuyentes. "Ellos se limitaron a hacer su trabajo".
