La mano de Dios (2)

La vieja ley del fútbol (y no sólo) volvió a cumplirse. Una vez más, el árbitro, un sueco llamado Hansson, se alió con el poderoso, Francia, para eliminar al modesto, la República de Irlanda, que no podrá estar en el Mundial de Suráfrica. La mano de Henry se inscribe en la lista de los episodios más vergonzosos de la historia del fútbol. El delantero del Barça se acomodó el balón con la palma de la mano izquierda antes de centrar para que Gallas marcara el gol que clasificó a Francia en la prórroga de la repesca.

Fue una ilegalidad clamorosa que vio todo el Stade de France menos, supuestamente, el árbitro y sus asistentes. Pero la FIFA ya ha anunciado que no repetirá el partido como solicitaba Irlanda, a pesar de que un atormentado Henry dijo ayer que sería lo más justo. "Hacerlo, causaría un gran caos en el fútbol: se pediría la repetición cada vez que hubiera un error arbitral", se justifica la FIFA. La Irlanda de Trapattoni jugó mucho mejor que Francia, lo que aumenta el clamor contra la injusticia.

Deliciosa cuando la capitaneó Platini en los ochenta y Zidane en los noventa, la selección francesa perdió todo su encanto a las órdenes de Domenech, incapaz de aprovechar el enorme talento de Ribery, Gourcuff o Benzema. "Déjenme que disfrute", dijo Domenech, impermeable a la vergüenza que sí manifestó Henry. Hacia Platini, presidente de la UEFA, apuntan las miradas acusatorias que vieron una mano negra en la inhibición del árbitro sueco. Es un hombre influyente, claro, aunque la Copa del Mundo no está organizada por la UEFA sino por la FIFA, presidida por el suizo Joseph Blatter, que no ha abierto la boca.

Precisamente un invento de Platini, otro árbitro detrás de cada portería, que se está ensayando en la Liga Europa, podría quizás haber evitado el error. Pero el debate ha girado más bien sobre la respuesta tecnológica. ¿Por qué el fútbol se niega a lo que han adaptado el rugby o el tenis? La FIFA dice que ralentizaría el juego y restaría autoridad a los árbitros. La realidad es ésta: los siete campeones del mundo estarán en Suráfrica, Irlanda se queda fuera pese al reconocimiento de Henry y la FIFA está encantada de que se respeten las viejas leyes del orden establecido.