Creador 'indie'... de cine porno
El periodista Paco Gisbert publica un libro sobre Gerard Damiano, cineasta que rodó en los setenta películas para adultos de calidad
Gerard Damiano renunció a un contrato en Hollywood para mantener su independencia, siguió rodando películas porno porque le permitían hacer cine de autor y cayó en el olvido cuando la industria del cine X renunció a usar guiones, a dar importancia a la fotografía, a planificar el montaje de las escenas y hasta a usar bandas sonoras. "Lo más importante de Damiano es que hacía cine, el porno de hoy en día tal y como lo conocemos ha perdido todos los elementos cinematográficos", asegura el periodista Paco Gisbert (Valencia, 1962).
Y Gisbert, un experto, sabe del tema. El martes presenta (a las 19.00) en la Fnac de Valencia el libro Gerard Damiano: el pornógrafo indie, un texto que recorre, en forma de largo reportaje novelado la vida del cineasta neoyorkino autor de joyas del cine como El diablo en la señorita Jones (1973), Historia de Joanna (1975) o Consenting adults (1982). Aunque pasara a la historia como el director de Garganta profunda (1972), la cinta X que dio nombre en clave a la fuente secreta que guió los pasos de los periodistas del Washington Post que forzaron la dimisión de Nixon por el caso Watergate. "El mismo Damiano decía que era una de sus peores películas".
"Él mismo decía que 'Garganta profunda' era de sus peores cintas"
"Ahora filman a gente follando y ya se creen que es cine porno"
Gisbert, crítico de cine X durante años y autor de estudios sobre el género, cataloga las películas de Damiano como "cine independiente bien hecho... con sexo", pero lo del sexo es solo un elemento diferenciador. Es más, Gisbert sostiene que si se eliminan de sus películas las escenas de tono subido, nunca excesivamente largas, la cinta se sostiene perfectamente y mantiene una dinámica narrativa. Aunque lógicamente el sexo también forma parte de la trama. Así, en películas como El diablo en la señorita Jones aborda, desde una educación católica que le marcó profundamente, el tema del suicidio y la redención, aunque en este caso para ganarse el infierno.
El periodista incluye a Damiano en "una generación irrepetible" de realizadores de calidad en la que incluye a Henry Paris, Anthony Spinelli y Robert McCallum. De hecho, Damiano (Nueva York, 1928-Florida, 2008), comenzó en los sesenta en el cine de serie Z como ayudante "y a principios de los setenta le dejaron coger la cámara y dirigir". Luego, atesoró una filmografía "con cinco o seis obras maestras del cine independiente". Películas "excepcionales", a su juicio, que no desmerecen del cine de vanguardia de aquella época.
¿Y qué aportó al cine con mayúsculas? "Que cuando los actores empezaban a practicar el sexo no apartaba la cámara hacia una ventana o a la chimenea". Quizá algo más: "Le dio dignidad al porno".
El libro es un encargo del Festival Internacional de Cortometraje y Cine Alternativo de Benalmádena (FICCAB), cuya celebración coincidía con el primer aniversario de la muerte del realizador neoyorkino, el 25 de octubre de 2008. Pero para Gisbert se ha convertido en un homenaje a un autor de cuando el porno todavía tenía calidad. "El de ahora yo lo llamo 'sexo filmado', es como si a un vídeo de una primera comunión o de una boda lo llamáramos una película", lamenta el autor del libro, "las productoras filman ahora a gente follando y ya se creen que es cine porno".
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