Montaverner, un pueblo de cine
La localidad consolida su muestra internacional de documentales
Cuando una localidad de interior quiere darse a conocer parece que no quede más opción que organizar una feria gastronómica o inventar alguna fiesta abrupta. Hay más alternativas, claro. En Montaverner una población de la Vall d'Albaida de 1.800 habitantes, decidieron embarcarse en una empresa casi inabordable: una muestra de cine documental que tuviera carácter internacional e inspirada en Documentamadrid, Documentaries of the Word Montreal Festival o la el Festival de Cine Documental de Jaén.
El germen, una asociación, Salvem el Cine, creada para preservar la sala Royal de Montaverner. La apuesta, un género cinematográfico de escasa difusión comercial. No poca gente pensó que los organizadores, pese a contar con la complicidad del ayuntamiento, habían perdido el oremus. Sin embargo, la primera edición de Mon-doc, la Mostra Internacional de Cinema Documental de Montaverner, se saldó en 2008 con un centenar de espectadores por proyección. Montaverner respondió. Pero también el público inquieto de ciudades próximas como Ontinyent, Gandia, Alzira o Xàtiva, atraído por filmes como Lucio, Welcome Europa o To die in Jerusalem.
Mon-doc se saldó en 2008 con 100 espectadores por proyección
El festival intentará traer en 2010 al director Oliver Stone
Sentadas las bases, Mon-doc afronta entre el 22 y el 29 de noviembre una segunda edición de consolidación en el que se proyectarán una decena de documentales entre los filmes que han cosechado premios y buenas críticas en festivales internacionales precedentes, según explica la directora Catherine Ulmer. Películas con una orientación social, que "despierten las conciencias y que nos ayuden a pensar". En muchos casos se trata de estrenos en las pantallas valencianas con el aliciente añadido de contar con la presencia de algunos de sus directores. Es el caso del iraquí Kasim Abid, que presenta Life after the fall, crónica de cuatro convulsos años en Bagdad. Cuenta la vida cotidiana de los últimos cuatro años en la capital iraquí y la historia de una familia, la del director, que es un reflejo de otra más amplia, la del conjunto del país tras la caída de Sadam . También acudirá Ventura Durall, director de Las dos vidas de Andrés Rabadán y El perdón, una doble reconstrucción en clave de ficción y de documental del periplo vital del "Asesino de la ballesta".
Mientras, los valencianos Raúl Riebenbauer y Xavier Crespo abrirán la muestra con La sombra del iceberg, un guiño a la producción autóctona y que parte de la mítica instantánea de Robert Capa, el miliciano muerto, para realizar una investigación que cuestiona la veracidad de la imagen. Habrá asimismo un homenaje a Christian Poveda, asesinado tras la realización de La vida loca, un filme que relata la batalla cruenta entre los miembros de las maras Salvatrucha y Mara 18 en un pueblo situado a las afueras de El Salvador. Su trabajo le costó la vida.
Además de la proyección de este filme, se contará con la presencia de la fotógrafa Christine Spengler, quien compartió con Poveda experiencias como corresponsal de guerra. La oscarizada Man on wire, Princesa de África, y Arropiero arropan un interesante cartel que también contempla concesiones al espectador menos iniciado. Junto a un premio del público "para involucrar al pueblo", se ha previsto una sesión dirigida al público infantil y una jornada dedicada a la música en la que revisar un veterano documental, The Rolling Stones Gimme Shelter, de 1970, y una producción holandesa de 2008, Joaquín Sabina, 19 días y 500 noches, dirigida por Ramón Gieling, quien también acudirá a Montaverner. "La verdad es que no cuesta nada traer a la gente a un pueblo como el nuestro. Los directores lo que quieren es que se vea su película y vienen muy predispuestos", explica Ulmer.
Rotas varias barreras, Mon-doc pretende explorar sus límites y han iniciado conversaciones para contar en 2010 con Oliver Stone. "Por lo menos lo vamos a intentar", asegura la directora con una convicción que invita al crédito.
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