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'El Coletas' iba a 109 por hora cuando chocó contra el matrimonio fallecido

'Makelele' se ofreció como testigo a la policía para inculpar a las víctimas

El fiscal y la acusación particular mantuvieron ayer que entre Jorge Luis Sosa Mejuto, Makelele, y Samuel Fiuza Viéitez, Coletas, hubo "no una carrera deliberada, pero sí un pique", a causa del cual se desencadenó el accidente que le costó la vida a un matrimonio que circulaba en dirección contraria por la calle Jenaro de la Fuente de Vigo, el 12 de enero de 2008. El juicio quedó visto para sentencia. Los acusadores reafirmaron sus conclusiones provisionales, con ligeras modificaciones que no alteraron su petición de cuatro años de cárcel por imprudencia temeraria para los dos imputados, y las defensas, cada una de las cuales atribuyó al otro la responsabilidad de los hechos, pidieron su absolución o que se les considere autores de una falta por exceso de velocidad.

La acusación mantiene que hubo pique entre los dos conductores
Los defensores de los acusados trataron de culparse entre ellos

La comparecencia conjunta de un perito de la defensa y los tres técnicos de la Guardia Civil de Tráfico (GCT) que reconstruyeron el accidente ofreció unas claves que lo explican con gran detalle, pero que los defensores consideran viciadas de origen. El equipo de la GCT, utilizando medios muy sofisticados, presentó una simulación del accidente, de principio a fin, y este resultado fue contrastado con una grabación parcial del siniestro obtenida desde una cámara de vigilancia de una tienda de la misma calle para asegurar la velocidad a la que circulaban el Audi A3 de Makelele y el BMW del Coletas: a 74 y a 109 kilómetros por hora, respectivamente. Y de 43 a 54 kilómetros por hora el Citroën AX en el que viajaba el matrimonio y contra el que chocó frontalmente el BMW.

Previamente a este choque, el Audi y el BMW sufrieron, al intentar el primeto cambiar de carril para adelantar a otro vehículo que lo precedía, una "colisión lateral refleja" (contacto en la zona anterior de ambos vehículos, rebote y contacto en zona posterior), que desvió al BMW al otro lado de la mediana. Todo ello duró entre 0,75 y dos segundos, lo que explica que no se encontrara huella de frenada del BMW: Fiuza no tuvo tiempo de reaccionar. No se hubiera llegado al resultado fatal, según explicó el equipo de la GCT, si ambos vehículos hubieran circulado a los máximos legales de velocidad (50 km/h).

Esta reconstrucción y las velocidades que se derivan de la misma serían luego impugnadas por las defensas. La grabación de la cámara de la tienda, por una parte, fue obtenida sin los requerimientos legales preceptivos y, por otra, la simulación videográfica del siniestro toma algún dato de referencia, como el lugar al que fueron a parar los cristales del BMW y el AX, no de una fotografía, como debe ser, sino del testimonio de un policía local. El equipo de la GCT admitió que, efectivamente, habían tenido que subsanar los déficits de los informes de la Policía Local que realizó el atestado.

En los momentos de confusión que sucedieron al accidente, Makelele reclamó a un agente local para ofrecerse como testigo: él iba en moto, le dijo, y había visto cómo el AX se saltaba la mediana provocando su choque con el BMW. Como no iba documentado, el agente le condujo al coche de atestados, donde le identificó Fiuza. Aunque este episodio no se enjuicia, sí se puede valorar, señaló la acusación, para subrayar la desfachatez del imputado, que su defensor atribuyó a una reacción natural de escurrir el bulto.

Para la acusación, hubo pique entre los dos imputados desde que coincidieron en un semáforo, al principio de la calle. Fiuza sabía quién era Makelele y reconoció su coche. Al abrirse el semáforo y salir primero el Audi, quiso demostrar que su flamante BMW era más rápido. Cuando le alcanzó, Makelele dio un volantazo y empujó al BMW al otro lado de la mediana. Fiuza, según su defensor, sólo perdió el dominio del vehículo por ese volantazo, por lo que culpó de lo ocurrido a Sosa. Pero éste, según su propio abogado, se limitó a hacer la maniobra de adelantar al vehículo que tenía delante sin percartarse, por el "ángulo muerto" del retrovisor, de que el BMW estaba en ese carril.

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