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El PSOE enfría la idea de Griñán sobre un congreso extraordinario

El partido sostiene que cualquier cambio está en manos de Manuel Chaves

"Nadie me ha comunicado nada. Sigo pensando que no hace falta un congreso extraordinario, pero si se decidiera, se explicaría. En este partido no se hacen las cosas por capricho. El secretario general sería el que lideraría el cambio". Rafael Velasco, secretario de Organización del PSOE, se pasó ayer la mayor parte de su comparecencia ante los medios hablando en condicional. Le había tocado despejar el alud de preguntas surgidas tras las nuevas declaraciones de José Antonio Griñán, presidente de la Junta, quien sostiene ahora que no descarta que su partido adelante el congreso previsto para 2012 con el único propósito de situarle a él en la secretaría general, todavía en manos de su predecesor, Manuel Chaves.

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Y no fue fácil. El PSOE andaluz como tal carece de una postura colegiada más allá de la conocida hasta el momento: el doble liderazgo propiciado por el salto de Chaves al Gobierno central no supone ningún problema y aunque "atípico" -de hecho, no se produce desde 1994- es perfectamente llevadero. Este argumento se había ido reforzando con reflexiones anexas para darle más verosimilitud, como que los ciudadanos no entenderían un cónclave extraordinario en tiempo de crisis económica o que sería una distracción artificial para los militantes.

Por eso a Velasco le costó tanto ayer desovillar la madeja del mantenimiento de la bicefalia con normalidad hasta 2012. De ahí su inclinación por el condicional, al que recurrió también porque, según fuentes de la ejecutiva, una vez abierto el melón del congreso extraordinario, puede pasar cualquier cosa. El secretario de Organización atribuyó al secretario general la última palabra: "Chaves ya dijo que su propuesta era que el presidente de la Junta dirija también el partido, la cuestión es cuándo".

José Antonio Griñán reiteró ayer su intención: "Si hay un congreso o no lo decidiremos entre Chaves y yo", dijo tras asistir a una conferencia del líder de UTG, Cándido Méndez, organizada por el El Correo de Andalucía. Casi de manera simultánea, el vicesecretario general y consejero de Gobernación, Luis Pizarro, realizó otras declaraciones, parecidas, pero con un matiz distinto: "La convocatoria de un congreso está en manos de Chaves y de la dirección regional".

Hasta la fecha, el ahora ministro de Política Territorial había considerado innecesario forzar un congreso. No aporta nada si es sólo para cambiar la titularidad de la secretaría general y, además, se sabe cómo empieza pero nunca como acaba. Algunos dirigentes apuntan que el equilibrio dentro del PSOE es muy complejo, este partido no funciona con una superestructura que decide por sí misma: son muchos los actores a tener en cuenta, tanto en la ejecutiva andaluza como en las organizaciones provinciales.

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Aunque Velasco trató ayer de quitar importancia a la polémica, es la segunda vez que el liderazgo del nuevo presidente de la Junta salta al debate público. La primera fue hace justo un mes, cuando de manera inesperada Griñán proclamó que él era el líder y con ello dejó un reguero de suspicacias sobre la rivalidad con Chaves. De momento, la estrategia es enfriar el revuelo.

Griñán, tras la conferencia de ayer del líder de UGT, Cándido Méndez.
Griñán, tras la conferencia de ayer del líder de UGT, Cándido Méndez.EFE

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