Los estudiantes toman las riendas de la empresa

Todos los empresarios buscan talento para sus plantillas. Esa mezcla de sabiduría, motivación, entusiasmo, innovación y capacidad de trabajo en equipo que hace que los grupos se conviertan en equipos. El mismo talento que hace que un jefe se convierta en un líder y un motor para su empresa. Pero el talento no se encuentra así como así. Y además, si las compañías quieren aprovecharlo, quienes lo poseen deberán desear aplicarlo en el mundo empresarial. Ése es precisamente el motivo que impulsó al diario EL PAÍS y las consultoras Odgers Berndtson (especializada en alta dirección) y Ray Human Capital (especializada en selección de mandos intermedios) a organizar el concurso Consejero delegado por un día. Gracias a él, 15 chicos y chicas brillantes, jóvenes y con inquietud han podido ver de cerca lo que significa dirigir, y han podido convertirse en la sombra de un destacado directivo de nuestro país. Una semana más, aquí están tres de esos relatos en los que los directivos del futuro y de hoy comparten el trabajo.

Marina, una joven estudiante de 21 años, trata de tomar una decisión que marcará su futuro: ¿dedicarse a la empresa o sacar unas oposiciones? Después de pasar un día en Gallina Blanca Star tiene al menos claro qué supone llegar a ocupar el sillón de directiva algún día. Carmen Andrés, en cambio, ya está muy segura de que lo que le gustaría es dirigir en una gran compañía. Siempre le ha atraído el mundo de la comunicación y ver cómo se gestiona el diario EL PAÍS le ha permitido darse cuenta de la formación que debe seguir ahora para crecer en el mundo empresarial. El joven Pedro Rodríguez no pegó ojo dándole vueltas a lo que le esperaba en su día en Sony. Nunca imaginó que ser jefe pudiera ser compatible con conocer hasta a la última persona de un equipo. Todos tienen talento. Todos se han llevado a casa consejos. Y todos saben mejor a qué se enfrentarán en el futuro.