La veteranía importa
El próximo jueves arranca -en diversas sedes- la 19ª Semana de Cine Experimental de Madrid. Hace muchos, muchos años, los cinéfilos madrileños disfrutábamos del cine fantástico del Imafic y de los cortos en Alcalá de Henares. Entonces llegó la Semana de Cine Experimental y pensábamos que éramos los reyes del mundo. Casi dos décadas después, con decenas de festivales por toda la Comunidad, muerto el primero y asentado el segundo, el tercer certamen se inicia confirmando que sí, que en el cine experimental aún somos el ombligo del mundo.
Bajo la batuta sabia de José Luis Borau y Natasha Molina, el festival apuesta por imágenes muy diferentes -por suerte- a lo que estamos acostumbrados. Este año el país invitado es Sierra Leona, y Lisandro Alonso, el complejo cineasta argentino, Radu Mihaileanu, el valiente rumano autor de El tren de la vida o Vete y vive, y el siempre interesante Gonzálo López Gallego, son algunos de los directores a los que se les dedica una retrospectiva.