La revolución sutil del arquitecto Toyo Ito
El japonés recibe la Medalla de Oro de las Bellas Artes - Una exposición en la Casa Asia muestra su obra
Nada más llegar de Barcelona, donde tiene abierto un estudio, le esperaba en Madrid una tournée más propia de un cantante rockero en promoción que de un arquitecto que hace de la serenidad y la sutileza sus principales señas de identidad. Toyo Ito, nacido en Seúl, en 1941, pero descendiente de japoneses (y en Japón ha vivido casi toda su vida) está "agradecidísimo" de la atención que recibe en España.
No es para menos. El miércoles empezó el día con un encuentro con periodistas. Le siguió una conferencia que impartió a los alumnos de la Universidad Europea de Madrid, y acabó la jornada inaugurando una exposición de su obra en Casa Asia (abierta hasta el 28 de febrero), que le ha dejado fascinado por su ejecución: "Tiene mucho mérito que todos los objetos e imágenes que muestra estén totalmente actualizados, incluso ayer mismo estaban sacando fotografías". Y ayer remató el periplo en el Círculo de Bellas Artes donde habló de su vida y de sus proyectos y recogió la medalla de oro de las Bellas Artes.
"Madrid se puede igualar a París en sus edificios monumentales"
"Es un sueño trabajar en España porque se valora mucho la arquitectura"
Con semejante maratón se va a ir una vez más de Madrid -ciudad a la que admira por su poso histórico- sin haber tenido tiempo de acudir a dos lugares míticos en su imaginación: el museo del Prado y el Jardín Botánico. "Y más cosas que quiero ver, ¿eh?", se apresura a decir este hombre de risa fácil. Entre otras visitas pendientes, una obra moderna, la ampliación del Museo Reina Sofía, de Jean Nouvel. De momento, en este viaje fugaz se conformará con divisar de pasada los edificios de Madrid, que según valora, "son tan monumentales que se pueden igualar con los de París".
No hace falta irse muy lejos para conocer la obra de uno de los arquitectos japoneses más reconocidos en el panorama internacional. En España ("es un sueño trabajar aquí porque se aprecia mucho la arquitectura", reflexiona) tiene en marcha ahora mismo cinco edificaciones. En Barcelona proyecta la ampliación del recinto de la Feria y las estaciones de metro Foc-Cisell y Fira 2 (Hospitalet), así como la fachada del edificio Suites Avenue y, en Murcia, el parque Oeste.
Y, en Madrid, el parque de La Gavia, un gran ensanche verde para Vallecas, una obra que en algunos momentos -de parón- le ha dado un buen susto y con la que ahora se ha vuelto a entusiasmar. "Las obras han estado bastante tiempo paradas por la falta de presupuesto, pero está de nuevo en marcha y estoy muy ilusionado", explica. "Es fascinante porque va a ser un parque con apenas edificaciones en su interior y con un sistema de riego innovador, con formas geométricas, que va a permitir crecer a la naturaleza".
Es precisamente la identificación del hombre con la naturaleza donde encuentra su fuente creativa. "Siempre me propongo ser capaz de hacer una arquitectura como si fuera un árbol, no me estoy refiriendo en cuanto a su forma, sino en su proceso de crecimiento, desde que empiezan a crecer las ramas hasta llegar a su forma más compleja. Y el árbol va tomando las decisiones en función del comportamiento de otros elementos, como el agua, el viento, el sol...".
Autor de la Mediateca de Sendai (2000), en Japón, una de sus obras más importantes; el parque de la Relajación en Torrevieja, Alicante (2002) o la tienda de Tod's en Tokio (2004) hablan de una arquitectura diáfana y alejada de gestos histriónicos, critica aquellos edificios que "expresan por expresar". "Ahora hay que tener mucho cuidado con la tecnología porque con el ordenador podemos hacer muchas cosas y no hay que estar pendiente sólo de eso, no hay que caer ahí".
Toyo Ito expone así el dilema que se la plantea a la arquitectura a la hora de enunciar valores: "La arquitectura comercial siempre se ha dedicado a mantener el orden antiguo, pero sería mejor buscar maneras que se adapten a las nuevas formas de vida. Alguien quiere hacer una vivienda y enseguida se recurre a la imagen del comedor con la familia comiendo o cenando todos juntos. Y a lo mejor el hijo quiere más libertad. En ese momento uno está ante una encrucijada, seguir manteniendo el orden o buscar un camino nuevo". Él, decididamente, elige lo último.
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