El pulso entre Cultura y Educación pasa factura a los estudios artísticos
El Ivacor y el futuro Instituto Superior de las Artes invaden las aulas de diseño
Una llamada telefónica de la inspectora, el pasado 22 de julio, fue suficiente para que la Consejería de Educación diera por comunicado el "desalojo" de la segunda planta de la sede que la Escuela de Arte Superior de Diseño (EASD) tiene frente a los Jardines de Viveros de Valencia, en la calle de Genaro Lahuerta, en homenaje al reconocido retratista del XX que estudió en la escuela. Así fue como el profesorado conoció la "ocupación temporal" de medio millar de metros cuadrados por parte del Instituto Valenciano de Conservación y Restauración (Ivacor), cuya sede fundacional está en Castellón.
La breve llamada refleja la celeridad con que la Generalitat, con tres consejerías implicadas, ha decidido "en un tiempo récord" autorizar la ocupación por parte de los funcionarios del Ivacor "en detrimento de los alumnos de las especialidades de Joyería, Fotografía, Escultura y Prácticas de Empresa", sostienen la Delegación de Alumnos y el profesorado entrevistado.
Cultura prometió pagar unos gastos que sigue pagando Educación
En el pulso, Gómez ha estado "ocupada en EpC y cruzadas ultramontanas"
Un "informe favorable" de la Subsecretaría de la Consejería de Economía, que dirige Gerardo Camps, del 11 de junio autorizaba la ocupación del Ivacor, dependiente de la Consejería de Cultura, y la "modificación del uso docente" que gestionaba la Consejería de Educación.
Sólo 13 días después, una resolución de Educación cedía el espacio al Ivacor. Un instituto creado en 1999, que en 2005 ya fue el eje de una polémica política a raíz de la primera convocatoria de oposiciones. Varios aspirantes denunciaron la "colocación a dedo de 8 personas" vinculadas con el PP, entre ellas la mujer del consejero Camps, Fanny Sarrió.
En la polémica política tercia ahora Gonzalo Fernández, de la Federación de Servicios Públicos de UGT, que defiende "el traslado de los restauradores del taller textil del Ivacor, porque trabajaban entre escombros en las dependencias del Museo de la Seda, que está que se cae". Y discrepa de que la sede de Valencia se interprete como un trato de favor hacia la mujer del consejero.
La otra ocupación de la primera planta de las aulas de Viveros comenzó hace más de un año por parte del nuevo Instituto Superior de Enseñanzas Artísticas (ISEA), creado por decreto en 2007, aunque sus estatutos no se publicaron hasta junio pasado. "Las obras llevan paradas un año, no sabemos si por falta de fondos, pero este desalojo nos hizo perder todavía más espacio: todos los departamentos, la sala de profesores, un baño y dos aulas", explican los entrevistados.
La consecuencia, añaden, es que "Educación ha suprimido el taller y los estudios monográficos de Cerámica, una especialidad tradicional de nuestra escuela". Después de "muchos años de lucha", parte del instrumental de esta especialidad, como hornos y tornos, "se ha ido a la basura". Desde hace un tiempo, "la Administración educativa está suprimiendo las plazas de los profesores de talleres jubilados". Han desaparecido los estudios y talleres de serigrafía, un taller de vidrieras, el de encuadernación y el de carpintería de ribera.
En la Escuela de Diseño los departamentos de joyería, fotografía, escultura y prácticas de empresa, la sala de profesores y la biblioteca conviven en el mismo espacio. Una mesa junto a la otra, ordenadas de forma lineal, conforman una especie de vagón de metro al que uno accede pasando por encima del otro.
Desde el desalojo del edificio de la calle del Museo del barrio del Carmen, el patrimonio de la EASD -con 150 años de historia perteneciente al periodo comprendido entre 1849 y 1990- ha estado depositado en el antiguo Convento del Carmen. "El Consorci de Museus de la Generalitat ha solicitado ya la retirada de las 800 piezas de valor patrimonial para que se trasladen a la sede de la escuela en Viveros", añaden.
Pero no ha sido hasta julio -resuelta la cesión del espacio al Ivacor- cuando Cultura se ha "comprometido" a resolver los costes económicos extra de la escuela (causados por el desalojo y traslado, las obras o el incremento de la factura de la luz). De momento, la que paga es Educación, según las facturas y documentación en poder de EL PAÍS.
"En el pulso con la gerente del Ivacor, Carmen Pérez, que depende de la Consejería de Cultura, con el ISEA de reciente creación, que dirige María Luisa Martínez, y depende de la de Educación, vencen los primeros con el apoyo de los jefes de los segundos", sostienen. Y señalan a "Concha Gómez, secretaria autonómica de Educación, más empeñada en cruzadas ultramontanas como la Educación para la Ciudadanía en inglés, que en problemas propios de su departamento y personal a su cargo". Es decir, que el pulso y descoordinación entre Cultura y Educación pasa factura a las enseñanzas artísticas en plena reconversión de sus ciclos superiores en estudios superiores de grado, como marca Bolonia.
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