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Infructuosa lucha contra el expolio

La principal operación contra el robo en los yacimientos arqueológicos, con 52 detenidos, se archiva - El juez devuelve gran parte de las 300.000 piezas incautadas

300.000 piezas arqueológicas, 31 yacimientos expoliados, 52 detenidos, 70 registros, 200 agentes movilizados... Finalmente, a la espera de la completa devolución de las piezas, las cifras gruesas han quedado difuminadas hasta casi borrarse por el archivo judicial.

La operación Tertis era un golpe monumental contra el expolio en Andalucía. Saltó en febrero de 2007, cuando, después de meses de investigación, la Guardia Civil anunció la detención de 52 personas a las que acusaba de haber expoliado y dañado 31 yacimientos arqueológicos de Sevilla, Badajoz, Málaga, Cádiz, Huelva y Jaén. Se realizaron casi 70 registros y se incautaron cerca de 300.000 piezas. Una parte importante eran monedas, pero también había otros objetos de origen fenicio, íbero, romano, visigodo y árabe. "Había sacos con trozos de cerámicas y cada trozo se contó como una pieza, no eran completas", sostiene Miguel Gómez de la Rosa, abogado de 26 de los 52 acusados y especialista en este tipo de casos.

Los expertos coinciden en que la legislación es insuficiente
"Las investigaciones deben ser más prudentes", dicen fuentes del caso
La Junta de Andalucía lucha por hacerse con parte de las piezas

Dos años y medio después, la operación se ha quedado en nada en primera instancia. Los 52 detenidos han sido absueltos y una parte de las piezas, alrededor de un 30%, les han sido devueltas. La Junta de Andalucía guerrea ahora para que el resto, que está depositado en el Museo Arqueológico de Sevilla, pase a ser propiedad pública. El juzgado de primera instancia 2 de Marchena ya ha rechazado esta posibilidad. A la Consejería de Cultura le queda el recurso que ha presentado ante la Audiencia Provincial.

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El artículo 44 de la Ley de Patrimonio establece que son "bienes de dominio público todos los objetos y restos materiales que posean los valores que son propios del Patrimonio Histórico Español y sean descubiertos como consecuencia de excavaciones, remociones de tierra u obras de cualquier índole o por azar". Es el descubridor de los restos el que debe comunicárselo a la Administración. El problema en este caso, tal y como señala el juez de Marchena en sus autos, es que "no ha resultado acreditado" que las piezas fueran descubiertas con posterioridad a la entrada en vigor de la norma ni que procedan de un yacimiento concreto. Por eso, el juez ordena la devolución de las piezas.

En Andalucía existen 13.000 yacimientos arqueológicos documentados. El Defensor del Pueblo Andaluz lleva años alertando del expolio que sufren. En 2007 solicitó que se acotara la venta, tenencia y uso de detectores de metales. La Ley de Patrimonio de Andalucía restringe el uso de este tipo de aparatos. Pero no ha frenado los ataques a los yacimientos. Algunos de los detenidos en la operación Tertis pertenecían a la asociación de detectores de metales Corduba-Al Andalus.

Esta operación arrancó en octubre de 2006. La Guardia Civil reclamó al juzgado de Marchena que abriese una investigación sobre un presunto expolio llevado a cabo en el yacimiento de Montemelín, ubicado en esta localidad sevillana. Se intervinieron los telefonos de los supuestos expoliadores. La Guardia Civil dijo haber descubierto a más implicados y los ataques a los yacimientos no sólo eran en Marchena. Los agentes identificaron tres tipos de implicados: los expoliadores, los intermediarios y los coleccionistas: 52 personas en total. Que, tras las pesquisas, han quedado en libertad al haberse archivado la causa. Pero, ¿qué ha fallado en esta operación?

"Es escandaloso que se les devuelva las piezas a los expoliadores porque está acreditado que son patrimonio histórico. Pero las investigaciones deben ser más prudentes y en este caso se fue demasiado ambicioso. Las escuchas son útiles pero insuficientes", explican fuentes del caso. El juez aclara que la investigación fracasó al determinar cuándo y de que modo se obtuvieron las piezas, lo que motivó la absolución de los implicados. "No han podido determinar una relación de causalidad entre piezas concretas y su modo de obtención", detalla el magistrado Juan José Toscano en un auto.

A pesar de que las escuchas se prolongaron durante meses, las conversaciones no desvelaban las conexiones entre los acusados de 17 ciudades distintas y los yacimientos, y menos aún en qué fecha concreta se expoliaron. La absolución ha supuesto un duro golpe en la moral del Grupo de Patrimonio Histórico de la Guardia Civil.

La operación Tertis ha sido el altavoz de un problema de fondo que comparten las investigaciones de delitos contra el patrimonio. Los expertos coinciden en que la legislación es insuficiente. Los delitos prescriben tras sólo tres años y la diferenciación entre delito o falta estriba en que su valor supere los 400 euros, cuando una joya de museo tiene un valor incalculable. Además, la apropiación clandestina de los restos arqueológicos hace muy difícil su persecución.

Este cóctel impide que las operaciones policiales fructifiquen. "Los piteros [aquellos que usan detectores] responden siempre que compraron las piezas en un mercadillo, que son de una herencia o, en último caso, saben que prescriben muy pronto. A veces es casi imposible acreditar el delito", ilustran fuentes policiales.

Las redes que expolian no siempre son inofensivos aficionados a la numismática con detectores de metales. Las escuchas de la operación Dioniso desvelaron que los comerciantes detenidos, que vendieron dos esculturas de una Venus y una cabeza de diosa en 100.000 euros, habían roto una escultura para vender sus piezas por separado.

Algunas de las piezas mostradas por la Guardia Civil en 2007.
Algunas de las piezas mostradas por la Guardia Civil en 2007.PÉREZ CABO

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