Vuelve el Villarreal de siempre
El equipo amarillo recupera su mejor juego ante el Lazio en un partido loco de principio a fin
Un arranque de partido onírico y extraño catapultó al Villarreal a una victoria espléndida y vital para seguir en Europa. Derribó al Lazio en un suspiro, en un cuarto de hora mágico, convirtiendo en oro todo lo que tocaba, ante un rival sorprendido con la eficacia de un equipo que hasta hace apenas nada todo lo veía negro. Ayudó también el Lazio a que todo sucediera perfecto para el Villarreal, quedándose en inferioridad al tercer minuto, cometiendo un penalti a los 15, errando el que tuvo a favor a la media hora ya con los mismos efectivos en el terreno de juego por la expulsión de Gonzalo. Bendita locura. El Villarreal ha vuelto.
Lo cierto es que algo ha cambiado en el equipo castellonense. Hasta hace poco, la suerte le era esquiva. Todo lo que hacía se le volvía en su contra. Anoche se le puso el partido de cara nada más iniciarse. A los 40 segundos, Diego López evitó que el Lazio se adelantara en el marcador en un mano a mano con Rocchi. Un minuto después Pirès sacaba una falta lateral muy alejada de la portería lacial. A contra estilo para el Villarreal, Pirès lanzó al centro del área y Nilmar despistó con su presencia a Bizzarri. Necesitado de goles, el internacional brasileño se lo apuntó para él mientras sus compañeros agradecían el tanto al veterano francés. La cosa no quedó ahí. Sacó de centro el conjunto romano y Llorente recibió un manotazo en la cara de Baronio, que sin remisión resultó expulsado. Mejor imposible.
VILLARREAL 4 - LAZIO 1
Villarreal: Diego López (Oliva, m 51); Ángel, Gonzalo, Godín, Capdevila; Cani, Eguren, Bruno, Pirès (Rossi, m. 77); Nilmar y Llorente (Marcano, m. 57). No utilizados: Venta, Fuster, Escudero y Jonathan.
Lazio: Bizzarri; Lichsteiner, Siviglia (Kolarov, m. 53), Diakhité, Radu; Eliseu, Baronio, Mauri, Perpetuini (Zárate, m. 53); Foggia y Rocchi (Makinwa, m. 64). No utilizados: Muslera; Scaloni, Cribari, Brocchi.
Goles: 1-0. M. 2. Pirès. 2-0. M. 12. Cani. 3-0. M. 15. Pirès, de penalti. 3-1. M. 73. Zárate. 4-2. M. 82. Rossi, de penalti.
Árbitro: Knut Kircher (Alemania). Expulsó a Baronio (m. 3) y Gonzalo (m. 32). Amonestó a Radu, Diakhité, Foggia, Rocchi, Bruno, Eliseu y Zárate.
Madrigal: unos 15.000 espectadores.
Con el viento a favor, todo sabe mejor. Volvió a aparecer el acaramelado Villarreal de siempre. Se gustó Cani que, como acostumbra y con más o menos acierto, no se esconde jamás. Cuando se encuentra cerca del área contraria con el balón en sus pies, quiebra y amaga una y otra vez. Como anoche era el día para apostar a cualquier juego de azar, el segundo acercamiento del Villarreal al balcón de Bizzarri también fue bingo por mérito de Cani en una de sus zigzagueos clásicos. Corría el minuto 12. Y tres después Nilmar provocó un penalti que el colegiado alemán se mostró encantado de decretar. Pirès, el jugador que ha cogido los galones y la responsabilidad en ausencia de Senna y Cazorla, ejecutó con éxito. Ver para creer.
Para que todo no fuera alegría y que hubiese cierto suspense en el ambiente, Gonzalo Rodríguez se empeñó en dar vida al Lazio, derribando a la media hora de juego a Rocchi cuando se plantaba solo ante Diego López -el defensa suma tres expulsiones en siete partidos esta temporada-. Pero Foggia falló.
Sentenciado el choque, el segundo acto fue accidentado para el equipo de Valverde. Diego López se tuvo que retirar con problemas en uno de sus aductores. El mismo camino tomó Llorente por un esguince de tobillo. El Lazio recortó con el gol de Zárate, pero Rossi remató de nuevo de penalti la faena en una noche de locura.
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