La reina es la conectividad
El valor auténtico no está en proveer contenidos, sino en transportarlos
La reina es la conectividad. Por dolorosa que pueda resultarles esa confesión a los magnates de los medios de comunicación, también parece cierta. El contenido tal vez sea atractivo, es la fuerza motriz que posibilita operaciones como la compra de NBC Universal por Comcast, por ejemplo. Pero una simple mirada a los precios de mercado o a la voluntad de los clientes de cable de pagar por servicios de información indica que la conectividad vale más que el contenido.
Los consumidores siempre han pagado más por conectarse unos con otros que por el entretenimiento. Fíjense en la radio. La emisión de música es un gran negocio desde la década de 1930. El uso de la tecnología radiofónica en aparatos inalámbricos de telefonía es mucho más reciente. Pero según Andrew Odlyzko, catedrático de la Universidad de Minnesota y ex investigador de Laboratorios Bell, las ventas de los operadores de teléfonos móviles estadounidenses se aproximan ahora mismo a los 150.000 millones de dólares anuales, diez veces más que los ingresos por radiodifusión.
En una línea similar, si sumamos la capitalización bursátil de cinco productores de contenido estadounidenses (Walt Disney, Time Warner, News Corp, Viacom y CBS), ésta alcanza un total de 148.000 millones de dólares, 1.000 millones de dólares menos que el precio bursátil de AT&T, que aunque es la empresa de telecomunicaciones más grande de EE UU, no es ni mucho menos la única.
El servicio más rentable, y con diferencia, para los operadores de telefonía móvil son los servicios de mensajes cortos. Los operadores obtienen aproximadamente 1.000 dólares por transmitir un megabit de datos. Lo que obtienen por transmitir la misma cantidad de vídeo sin descarga es aproximadamente de un centavo por megabit. Una colección de mensajes como pfvor cmpra lche semi, grcias es más valiosa para los usuarios que ver un gran éxito de Hollywood en una pantalla miniaturizada. Es más, las películas exigen valores de producción mucho más elevados que los textos mal escritos sobre la leche, por lo que los gastos son superiores.
Ciertamente, la tecnología amenaza a Hollywood y a los operadores por igual; para empezar, las películas digitales son fáciles de piratear, y las llamadas gratuitas por Internet están sustituyendo a las de pago. Pero el patrón histórico parece el mismo. Las páginas de Facebook no están tan elaboradas como las películas o la televisión en una página de entretenimiento como Hulu.com. Pero el valor de Facebook parece más elevado, ya tiene un cash flow positivo y crece con rapidez. Hulu está quemando efectivo e intenta descubrir si podrá cobrar por su contenido.
Naturalmente, el contenido es el rey en lo que a atraer la atención y a las invitaciones a cenar se refiere. Ser un magnate de los medios es sencillamente más interesante que dirigir una empresa de fontanería para las conexiones sociales. Mientras siga siendo así, es de esperar que los jefes de las empresas de conectividad sigan realizando adquisiciones a precio excesivo y justificándolas con la afirmación de que "el contenido es el rey". -
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