La presencia de Ibarretxe abre especulaciones

El ex lehendakari Juan José Ibarretxe reapareció el día 24 en el acto que organizó el PNV de respuesta a la conmemoración de Patxi López del 30 aniversario del Estatuto. Ibarretxe contempló con satisfacción cómo el presidente del PNV, Iñigo Urkullu, reivindicaba su plan soberanista y cómo, en definitiva, sus diez años de mandato al frente del Gobierno vasco, su ruptura con el autonomismo y el salto reivindicativo al derecho a la autodeterminación, han dejado una huella indeleble en su partido.

Reapareció tres días después en la conferencia en San Sebastián del mediador del fracasado proceso de diálogo con ETA, el surafricano Brian Currin, en la que reivindicó la reactivación de un nuevo proceso y en la que admitió que asesoraba a Arnaldo Otegi. Una semana antes acudió a una conferencia de Miguel Herrero de Miñón en la que denunció que no se tuviera en cuenta el plan Ibarretxe.

Ibarretxe, tras su desalojo de Ajuria Enea en mayo, viaja con regularidad a países americanos. Pero en las últimas semanas se ha dejado ver más en la vida pública vasca. Su presencia ha abierto especulaciones sobre si el PNV volvería a presentarlo como candidato en las elecciones vascas en 2013.

Iñigo Urkullu no quiere oír hablar de posibles candidatos a lehendakari hasta que pasen las elecciones municipales. No quiere abrir una guerra de familias en el PNV, sobre todo ahora, que ha logrado una paz interna sobre la base de que cada una se ocupe de su territorio: Joseba Egibar, el más soberanista y próximo de la izquierda abertzale, de Guipúzcoa y Andoni Ortuzar, el más centrista, de Vizcaya.

Pero indudablemente Ibarretxe suena junto a nombres que se consideran próximos a Urkullu como el diputado general de Vizcaya, José Luis Bilbao; la ex presidente del Parlamento Vasco y eurodiputada, Izaskun Bilbao, y el presidente de Eudel (Asociación de Municipios Vascos), Jokin Bildarratz.

Si Ibarretxe vuelve a sonar es porque su mandato ha marcado la ideología del PNV. Este partido mantuvo en su historia un equilibrio entre posibilistas y soberanistas. La base era reclamar la reintegración foral. Bajo el mandato de Ibarretxe, el PNV ha dejado de ser autonomista y ha pasado a ser un partido soberanista quedando impreso en sus estatutos. Con Ibarretxe, el PNV ha abandonado el pragmatismo en la ideología y Urkullu trata de centrarlo en la política.