_
_
_
_
_
Novena jornada de Liga

'Cosas que pasan', se lamenta Guardiola

Con tan sólo 500 días como entrenador del Barcelona, los cumplidos ayer, Pep Guardiola ya ha dejado un rastro imborrable en la historia del club. Frente a quien fue su mentor en la selección, José Antonio Camacho, el mister catalán ya se llevó los tres puntos la temporada pasada de un campo que históricamente no se le ha dado bien a los blaugrana. En un partido muy físico, típico del Reyno de Navarra, el líder no tuvo uno de sus días más inspirados. Tampoco importa mucho, cuando las estrellas no brillan, luce el colectivo. Una luz que muchos equipos buscan y pocos encuentran. No tuvo su noche Ibrahimovic, que se encontró no sólo con la defensa rojilla, sino también con el colegiado. En la única ocasión en la que el sueco se fue por velocidad de su par, se topó con Flaño que lo derribó cuando enfilaba ya el área local. No advirtió falta Rubinos Pérez y perdonó la expulsión al central pamplonica. Pero si se les apagó la luz a los navarros la pasada jornada frente al Racing, está vez la moneda cayó a favor de los de Camacho. En el último suspiro del encuentro Camuñas remataba de cabeza y entre Márquez y Piqué desviaban la pelota a la red de un Valdés que apenas había tenido trabajo.

Más información
Al líder se le queda cara de bobo

A pesar de lograr la victoria en su último enfrentamiento ante Osasuna, no es habitual que el Barça vea puerta en el Reyno. En las últimas cuatro visitas, el resultado más repetido ha sido el empate a cero, lo que demuestra la seriedad defensiva de un conjunto que ha mejorado ostensiblemente en la presente temporada. Sin el balón en su poder, nada pudo hacer Osasuna, que trató de tapar hasta la saciedad la infinidad de tiralíneas que lanzó el conjunto visitante a lo largo de todo el encuentro. Ni siquiera Pandiani, jugador en gracia local, fue capaz de resquebrajar por alto una zaga en la que sobresalió Piqué. El central demostró no sólo su poderío aéreo invalidando la mejor arma de Osasuna, sino que desatascó el juego desde atrás, con precisión, como le gusta a su técnico.

La leyenda de Guardiola no conoce aún el llanto, respira fuerte y tranquilo el mister catalán a pesar de que en ocasiones como ésta la suerte del campeón se cambia de lado. El mentor se impone esta vez al "aprendiz" con una dosis de suerte que se demanda en demasía en Pampona y que pocas veces aparece.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_