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El 'late show' sexual de David Letterman

El famoso presentador, víctima de un chantaje, se enfrenta ahora a una acusación de acoso

Yolanda Monge

La audiencia se disparó en el Late show with David Letterman tras conocerse el intento de extorsión que sufrió su presentador. El primer día, 5 de octubre, que Letterman volvía a antena tras la explosiva revelación, confesada en directo, de que había sido chantajeado por mantener relaciones sexuales con algunas de sus antiguas colaboradoras, el porcentaje de televidentes creció un 36% respecto al lunes anterior.

El humorista sigue viéndose, recompensado desde entonces por la audiencia aunque también está probando su propia medicina. Aquella que sin piedad usó contra políticos y celebridades que se habían desviado del buen camino y habían tenido aventuras sexuales extraconyugales y en la Casa Blanca, como Bill Clinton, o relaciones no muy confesables como la felación practicada por una prostituta en una calle de Los Ángeles al actor Hugh Grant.

Sus colaboradoras le ven como un machista que se aprovecha del cargo
En los 27 años que dura el programa sólo ha contratado a siete mujeres

En los tribunales hay una denuncia que sostiene que el presentador fue víctima de un chantaje por valor de dos millones de dólares por parte de Robert Joe Halderman, productor de CBS y ganador de un Emmy. Halderman compartió su vida hasta hace poco con Stephanie Birkitt, antigua asistente personal del comediante, a veces personaje en su show y una de las mujeres con las que Letterman vivió un romance. La pesadilla del chantaje duró tres semanas, hasta que Letterman se decidió a acudir a la fiscalía de Nueva York y denunciar los hechos.

En la arena pública está que Letterman fue infiel a su novia de los últimos 18 años, Regina Lasko -con la que se casó el marzo pasado-, y con quien tiene un hijo, Harry, de cinco años.

Pero la historia puede tener otras caras. Alguna no tan amable para el maestro del entretenimiento, de 62 años, que empezó su carrera como hombre del tiempo. En el debate está la siguiente cuestión: ¿Lo que sucedió entre Letterman y sus empleadas fue simplemente sexo o hubo acoso sexual?

A juzgar por lo que ha declarado Nell Scovell, antigua guionista del Late show, lo ocurrido fue simple y llanamente abuso de poder, acoso sexual con la culminación de sexo consentido entre un jefe y sus empleadas.

Scovell describe su propia experiencia en la revista Vanity Fair y declara que fue contratada para el show en 1990, dos años después de enviar su primera solicitud. "¿Intentó Dave ligar conmigo? No. ¿Me prestó la suficiente atención extra como para que un compañero sospechara? Sí. ¿Era yo consciente de los rumores de que Dave mantenía relaciones sexuales con las mujeres de la plantilla? Sí. ¿Estaba yo al corriente de que otros altos cargos masculinos se acostaban con las empleadas? Sí. ¿Tenían estas empleadas acceso a información que iba más allá de sus funciones? Sí. ¿Creó todo eso un ambiente hostil de trabajo? Sí. ¿Considero que esas empleadas se beneficiaron profesionalmente de esas relaciones íntimas? Sí. ¿Me hizo esto sentirme degradada? Completamente. ¿Dije algo en su momento? Desgraciadamente, no".

Scovell abandonó su puesto porque llegó a la conclusión de que no llegaría lejos en su profesión en un ambiente tan machista. En los 27 años que ha durado el programa de Letterman, sólo ha contratado a siete mujeres. En la actualidad, no hay ninguna que escriba bromas para Letterman, Jay Leno o Conan O'Brien, los otros dos astros del entretenimiento nocturno. "Y no porque no haya ninguna interesada", declara Scovell. Sencillamente, no son queridas.

David Letterman durante la grabación de su programa.
David Letterman durante la grabación de su programa.REUTERS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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