Cazorla sufre una hernia discal

Santi Cazorla (Lugo de Llanera, Asturias; 1984) apenas podía tenerse en pie cuando fue a ver a sus compañeros del Villarreal ganar su primer partido de Liga ante el Málaga (2-1). "El domingo estaba muy mal", explica el médico del club, Juan Albors, que ayer confirmó el diagnóstico: el centrocampista internacional padece una hernia discal, entre la vértebra lumbar 5 y la sacra 1, que le apartará del fútbol hasta que se vea la evolución de un tratamiento fisioterapéutico en una clínica especializada de Jaén. "Ahora no se puede mover. Si en tres semanas no mejora, habrá que operarlo. Pero soy optimista. Creo que no hará falta", añade Albors. Para mitigar el dolor, los médicos tratan de liberarle la inflamación del nervio ciático para, a continuación, potenciar la musculatura de la zona afectada.

Carlos García y Muñoz superaron la misma lesión. Tiko tuvo que retirarse

¿Es una lesión frecuente entre futbolistas? "Bastante", responde Juan Ángel Ballesteros, fisioterapeuta del Valencia, "aunque a veces no sale a la luz porque la hernia no siempre da sintomatología y el jugador puede jugar sin operarse".

Hay antecedentes para el optimismo, como el de Carlos García, el ex central del Athletic que siguió jugando tras sufrir dos hernias de disco y ser operado. Iñaki Muñoz, volante del Athletic, también superó una hernia en su etapa en Osasuna. "Fue al final de la temporada, hace cuatro años, y me recuperé con mucho reposo y unas infiltraciones. Ahora estoy perfectamente", dice Muñoz.

Otros casos, sin embargo, son menos favorables. Tiko, ex centrocampista del Athletic, recordado por su potentísimo disparo, contaba ayer su experiencia: "Estuve tres o cuatro meses bastante mal, sin hacer nada de deporte. Había perdido reflejos en diferentes zonas hasta que fui recuperándome sin necesidad de operarme. Pero no me sentía con confianza y ya no seguí jugando en el Eibar. Ahora hago diferentes deportes, pero de forma moderada".

La lesión de uno de sus mejores jugadores le llega al Villarreal en un momento delicado, en puestos de descenso en la Liga, con sólo seis puntos en ocho jornadas, siete goles a favor y 11 en contra. En las últimas semanas, la perenne sonrisa de Cazorla se había difuminado por unas dolencias lumbares que no le permitían rendir a pleno rendimiento. Ante la profunda crisis de su equipo, trató de asumir una responsabilidad que la hernia le impedía asumir.

Pero la calidad física del pequeño volante asturiano puede ayudar a que los plazos de recuperación se acorten. El 4 de abril pasado, en la 29ª jornada de la Liga, Cazorla se fracturó el peroné de la pierna derecha.

Los médicos pronosticaron que tardaría un mínimo de tres meses en recuperarse. Es decir, adiós a la temporada y a la Copa Confederaciones. Pero Cazorla dejó en mal lugar a los especialistas. El 30 de mayo, siete semanas después, reapareció ante el Mallorca en la última jornada. Y participó del tercer puesto de la selección española de la Copa Confederaciones. Sin ninguna secuela. El Mundial de Suráfrica también le espera.