La fachada que se desplomó en Bouzas esperaba la demolición
Fenosa tramitó el viernes el último paso para la obra
Los propietarios del eficicio cuya fachada se desplomó el domingo en el barrio vigués de Bouzas, hiriendo de gravedad a un holandés que se alojaba en una pensión situada enfrente, habían solicitado al Ayuntamiento la demolición del inmueble por su estado de ruina y se encontraban a la espera de que Fenosa autorizara la retirada del cableado, el último trámite para proceder a la demolición cuya obra fue adjudicada por la empresa eléctrica el viernes 23.
Los vecinos habían puesto la primera denuncia por el estado de ruina del edificio, en la esquina del número 202 de la calle Tomas Alonso con Martín Alonso Pinzón, el pasado mes de junio. Los técnicos municipales vallaron el edificio en julio, mientras se tramitaba la licencia para su demolición, solicitada entonces por los propietarios y adjudicada hace unas semanas.
Los propietarios solicitaron subsiguientemente a Fenosa la retirada del cableado a mediados o finales de septiembre, según fuentes de la empresa. El último trámite por su parte, el abono a Fenosa del importe fijado para retirar el cableado, lo efectuaron el pasado miércoles. Dos días después, el viernes, la empresa adjudicó la obra, que podría haber comenzado ayer mismo.
El Ayuntamiento actuó correctamente al vallar el edificio en ruina mientras se esperaba al momento de demolerlo, pero los viandantes retiraron varias veces las vallas, según informó ayer el concejal de urbanismo, José Mariño, quien subrayó los riesgos que esas prácticas comportan. Además, un cartel prohibía el paso de peatones.
Ayer mismo los bomberos tuvieron que desplazarse al lugar a causa de nuevos desprendimientos en el edificio, pero el cordón establecido en torno al mismo, además de su ostensible estado de ruina y el suceso del domingo, que era la comidilla del vecindario, evitaron que se produjeran mayores daños personales.
El ciudadano holandés que resultó herido grave el domingo, J.N., de 43 años, permanecía ayer estable dentro de la gravedad, según fuentes del Hospital Xeral, en cuya unidad de cuidados intensivos siguió ayer internado. El hombre fue sorprendido por el derrumbe de la fachada cuando se dirigía a última hora de la tarde a la pensión en que estaba hospedado, situada enfrente del inmueble en ruina. El estrépito del derrumbe alertó a los vecinos, que así pudieron prestarle unos primeros auxilios retirando algunos de los cascotes que tenía encima antes de que los servicios de emergencia completaran la tarea rescatándolo entre las piedras que le aprisionaban. El herido sufre un traumatismo torácico y diversos traumatismos de menor consideración en su cuerpo.
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