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Reportaje:

El día que Ibra hizo de Romario

Los espacios generados por el delantero sueco y su facilidad para ofrecerse de perfil facilitaron la goleada del Barça al Zaragoza

Pep Guardiola estrenó el uniforme oficial del Barcelona en el partido del domingo contra el Zaragoza (6-1) y el equipo se adaptó fenomenalmente al nuevo corte. El traje futbolístico tenía como patrón a Ibrahimovic. "Es la primera vez que entendemos los espacios que nos genera Zlatan", alabó Guardiola, elegante como pocas noches, luciendo Dsquared2.

El Barça se ordenó en el ataque porque respetó siempre el juego de posición desde que partió el campo con el primer pase -a menudo responsabilidad de Busquets- hasta las aperturas a las bandas, porque Messi e Iniesta fueron pacientes y solidarios con el juego y, cuando viajaron en busca de pasillos interiores, les doblaron Keita y Xavi.

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"Somos un equipo. Se trata de jugar como un equipo por encima de cuestiones personales", le gusta resumir a Iniesta, termómetro del juego del equipo azulgrana. Jugó bien el Barcelona porque no hay futbolista más coral que el de Fuentealbilla. Porque se ordenó el Barcelona se encontraron los jugadores, así que, el uno por el otro, costó señalar al mejor del partido el día en que un socio tan fiable como Keita marcó tres goles.

Fue tan contundente el Barcelona en el ataque como en la defensa porque atacó y se defendió en bloque. Si materializó la mitad de ocasiones de que dispuso, también solucionó con presteza las pocas pérdidas de balón que se produjeron en la zona de transición. El equipo se cerró bien y, a las malas, cuando asomó el Zaragoza por el área, apareció Valdés, enorme. El portero recibió ayer en Madrid el Premio Zamora 2009, con el que el diario Marca distingue al menos goleado de la Liga.

No es casual que el Barça fuera un equipo coral si se tiene en cuenta el ideario del entrenador. Empeñado en usar los recursos que ofrece un jugador de las características de Ibrahimovic, Guardiola instó a los futbolistas a interpretar sus movimientos y ahí creció el equipo, más dispuesto para pasarse el balón a dos toques que en anteriores ocasiones, principalmemte, de nuevo, porque nunca se perdió el orden posicional.

Ibrahimovic brilló porque el equipo le encontró finalmente en la cancha. "Estamos trabajando en eso. Guardiola quiere que el equipo me utilice más y yo intento ofrecer esa posibilidad", argumentó el delantero internacional sueco. De su generosidad también sacó provechó el equipo. Ibrahimovic ha dejado de poner mala cara a sus compañeros cuando no recibe el balón como le gusta, como ocurría en el Inter, sin reparar en si su desmarque estaba en consonancia con el pase. En el Barcelona, lleva siete goles en otros tantos partidos de Liga, empatado con el valencianista Villa como pichichi.

No se ofrece de cara a los volantes ni fija de espalda a los centrales rivales; tampoco controla para combinar, sino que se ladea, se ofrece, toca y busca. Funciona como un recurso nuevo y enorme para los centrales, para el juego directo y también para la combinación. Ibrahimovic juega con el balón y sin él. La manera como se ladea para ofrecerse es propia de un pícaro. A imágen y semejanza de cómo Guardiola y Romario conectaban en el dream team. "Si le veía de perfil, es que quería la pelota", suele recordar el ahora entrenador azulgrana cuando explica por qué tenía tanto feeling con aquel delantero brasileño que cambió los esquemas en el Barça de Johan Cruyff.

El Barça atacó con la cordura de quien empieza la casa por los cimientos, creciendo desde el primer pase en la zona defensiva, y se ordenó fácilmente a partir de la pelota. "Es fundamental", admitió Guardiola, que da por hecho que sólo hay una manera coherente de activar a los puntas: superar con criterio y velocidad el primer filtro, la primera línea. "A partir de ahí, todo crece", sostiene el técnico, consciente de que, si la pelota llega en buenas condiciones a Iniesta y Messi, todo es más fácil.

La línea de vida del equipo azulgrana fue más saludable que nunca: Busquets-Xavi-Messi-Iniesta-Ibrahimovic mezclaron muy bien y al Barça le salió un partido redondo. Si contra el Rubin todo le fue en contra, ante el Zaragoza todo le fue de cara.

Ibrahimovic, tras marcar un gol al Zaragoza el pasado domingo.
Ibrahimovic, tras marcar un gol al Zaragoza el pasado domingo.VICENS GIMÉNEZ

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