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Crónica:Octava jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valladolid frena en seco al Deportivo

El conjunto de Mendilibar gana en casa siete meses después

Hay temporadas que tienen un punto en el que los equipos giran en una esquina y su suerte cambia. Incluso ese momento se puede aislar en un detalle concreto. El Valladolid encontró ayer el detalle, el momento en que la suerte cambia, en un pase extraordinario de Canobbio a Nauzet. Un golazo, como casi siempre que el canario se relaciona con el gol, que modificó el partido y seguramente la tendencia del equipo de Mendilibar.

Siete meses después, el Valladolid volvió a ganar en su estadio justo cuando las dudas, los errores y la presión de los últimos puestos comenzaban a dañar al vestuario. Lotina había ordenado ataque general desde el inicio y sin descanso. Velocidad, presión, banda y... la fragilidad del Valladolid podía hacer el resto. Los primeros minutos fueron tal cual hasta que llegó el fogonazo de Canobbio y Nauzet.

VALLADOLID 4 - DEPORTIVO 0

Valladolid: Villar; P. López, L. Prieto, Nivaldo, Marcos; Á. Rubio, Borja; Nauzet (Pelé, m. 66), Canobbio (Medunjanin, m. 85), Marquitos (Manucho, m. 76); y D. Costa. No utilizados: Jacobo; Baraja, Bueno y Héctor Font.

Deportivo: Aranzubia; M. Pablo, Colotto, Lopo, Filipe; J. Rodríguez, A. Tomás (Lassad, m. 53), Sergio, Guardado; Riki (Bodipo, m. 69) y Adrián (Valerón, m. 53). No utilizados: Manu; Piscu, P. Álvarez y Laure.

Goles: 1-0. M. 18. Nauzet. 2-0. M. 46. Nauzet. 3-0. M. 76. Diego Costa. 4-0. M. 88. Medunjanin.

Árbitro: Delgado Ferreiro. Amonestó a Diego Costa, Colotto y Pelé.

Unos 17.000 espectadores en Zorrilla.

El gol rebajó la tensión. Por momentos, asomó el equipo presionante y rápido que Mendilibar había moldeado en los últimos años. Incluso la defensa, una verbena cinco minutos antes, acertó a deshacerse del peligro. Pero el gol le sentó bien sobre todo a Canobbio, que explicó en media hora por qué Mendilibar le tiene tanta fe. Apareció en todos los espacios del ataque, repartió fútbol a las bandas, incluso soltó un zapatazo pegado al palo, raso, duro, que Aranzubia detuvo de forma prodigiosa.

Con el uruguayo a la cabeza, el Valladolid fue por fin superior a alguien y eso que el Deportivo llegaba para colocarse tercero. En la reanudación Nauzet marcó el segundo gol. El equipo que no había recibido un tanto en cuatro partidos comenzaba a deshacerse. El tercero fue de Diego Costa. Para el final quedaba otro de Medunjanin, una obra de arte que cerró el tormento del Deportivo.

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