El Valencia recupera la estabilidad

La inmensa pólvora del Valencia va dejando regueros en cada jornada. Ayer fue un cabezazo picado de Villa que se convirtió en su séptimo gol del campeonato, los mismos que suma todo el Almería; una preciosa vaselina desde casi 40 metros de Pablo Hernández, parecida a la que intentó la semana anterior frente al Barça, esta vez con éxito; y un disparo raso de Mata que acabó por liquidar al conjunto de Hugo Sánchez, con uno menos tras la expulsión del portero Diego Alves por atropellar previamente a Pablo.

El Almería comenzó sin delanteros y al que ejercía como tal, Piatti, se le notó que no lo era en el mano a mano que dilapidó ante César, en lo que hubiese significado el empate a uno. Después ya entró Uche, aunque el conjunto andaluz ya no supo cambiar de mentalidad: sólo había sido preparado para destruir. Comprensible si se quiere, después de que le desmantelaran a Hugo el equipo (se marcharon Negredo, Bruno y Mané, entre otros), si bien hay maneras de caer y, la de ayer del Almería, no fue la más valiente.

Hasta el gol que abrió el choque, Hugo Sánchez tenía el partido más o menos donde quería. Pero cuando Albelda abrió de primeras a la banda derecha y Pablo centró meloso al segundo palo, Villa, casi inédito hasta el momento, rasgó el rumbo del encuentro. Sobresaliente otra vez Albelda, que, como ante el Barcelona, mantuvo una solidez que hace pensar que, después de dos años de oscuridad, vuelve a disfrutar con su juego de recuperar balones y organizar a sus compañeros.

A partir de ese tanto, el Valencia encontró los espacios que Mata y Pablo transformarían en la sentencia definitiva, a pesar de que Silva, aquejado de unas molestias en la espalda, no estuvo a su altura.

Sin embargo, la mejor noticia para el Valencia no fue su ya conocida brillantez en ataque, sino haber haber afianzado su defensa. ¿Cómo? Con una serie de ajustes que han vuelto a colocar al equipo donde se encontraba a principio del campeonato. Emery tocó las teclas adecuadas. Para evitar una histeria defensiva que venía de la campaña anterior, optó por la veteranía de César en la portería, apuntalado por la contundencia de David Navarro y Dealbert en centro de la zaga. Enterró así los siete goles en tres partidos recibidos ante el Sporting, Getafe y Atlético. Tres partidos consecutivos sin encajar un gol (Racing, Barça y Almería) no dejan lugar a dudas. El Valencia ha recuperado la estabilidad.