Rosanna Schiaffino, actriz italiana y símbolo sexual
En los sesenta se la consideró una de las más bellas
Rosanna Schiaffino, una de las actrices italianas más famosas de los años sesenta, ha muerto el 16 de octubre en Milán a los 70 años, a causa de un tumor.
Nacida en Génova en 1938, Schiaffino se hizo popular a los 20 años como protagonista de El desafío, de Francesco Rosi. Fue considerada una de las mujeres más bellas de Italia, y la revista Life le dio su portada con un título inolvidable: "La belleza italiana más sensual".
También el pintor Gregorio Sciltian la consideró "la única perfecta" entre las actrices de esos años, criticando de paso el perfil de Sofía Loren y las piernas de Gina Lollobrigida y Claudia Cardinale. Aunque añadió sobre Schiaffino: "Cierto, le falta un poco de expresión".
La actriz había llegado al cine después de ser modelo y ganar algunos concursos de belleza.
Película con Totò
Totò, el genio cómico napolitano, trabajó con ella en Totò lascia o raddoppia, en 1956, y le asignó en su imaginación el papel de mujer fatal, arrebatándoselo a Silvana Pampanini. El arquetipo funcionó durante un tiempo: los directores doblaron a Schiaffino durante ocho años antes de permitirle usar su propia voz.
La actriz, de belleza agitanada y muy morena, hizo una carrera fulgurante, 45 películas en apenas 20 años, pero irregular y algo diletante, quizá porque nunca tuvo manager, aunque se cuenta que su madre valía por una agencia entera. Atenta, puntillosa y omnipresente, Yasmine se ocupaba de todo, y en su honor, el cine italiano acuñó el término "madro".
Su idea era evitar que la niña, hija de la pequeña burguesía, saltara de cama en cama para obtener sus papeles. A los 24 años, Schiaffino se casó con Alfredo Bini, un productor joven y ambicioso que hizo más de 50 películas con, entre otros, Rossellini, Pasolini o Germi.
Entre sus trabajos más importantes, la actriz interpretó La notte brava, de Mauro Bolognini, con guión de Pier Paolo Pasolini; Illibatezza, de Rossellini; La Mandragora, de Alberto Lattuada; y Trastevere, de Fausto Tozzi, con Nino Manfredi y Vittorio de Sica.
En el esplendor de los años de La dolce vita y Cinecittà, Schiaffino aportó su sonrisa espléndida y su figura escultural a numerosos filmes mitológicos y de aventuras, en Italia y en el extranjero. Trabajó con Kirk Douglas y George Hamilton (Dos semanas en otra ciudad), con Richard Widmark (Le lun-ghe navi), con Stewart Granger, (009 missione a Hong Kong), con el pirata Anthony Quinn en L'avventuriero, y con Roger Moore en El rapto de las sabinas.
Poco a poco, el cine se fue olvidando de Rossanna Schiaffino, y acabó su carrera en 1976, antes de casarse con el rey milanés del acero, Giorgio Falck, del que se divorció más tarde tras un largo litigio.
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