Un Atlético a la deriva
Con Abel de nuevo en la picota, el equipo rojiblanco es el más goleado de Primera y Segunda y no gana tras un parón liguero desde 2007
Abel Resino está más cerca que nunca de "morir con las botas puestas", la promesa que en un arranque de orgullo le hizo a Jesús García Pitarch cuando el director deportivo, el mismo que trajo sin el visto bueno del entrenador del Atlético a Juanito y Cabrera, aprobó el traspaso a última hora de Heitinga al Everton. A un punto del descenso y con peores números que cuando el equipo bajó en la temporada 1999-2000, el sucesor de Javier Aguirre ya ha agotado las dos semanas de margen que le dejó la sufrida victoria frente al Zaragoza. El repaso recibido en Pamplona descubrió de nuevo las carencias de la peor defensa de Primera y Segunda División, precisamente el aspecto en que hace más hincapié el preparador manchego, al que su apuesta por una zaga adelantada le ha salido rana. "El mister es consciente de que más pronto que tarde será víctima de su falta de tacto en los despachos, pero con semejante plantilla, mal planificada, cogida con alfileres, poco más se puede hacer... Mira que le hemos dado vueltas, pero hemos encajado 17 goles, uno más que el Valladolid y el Castellón, muchos tras errores infantiles, impropios de un equipo pensado para pelear por un puesto en la Champions", dicen desde el cuerpo técnico, conscientes de que una derrota "poco honrosa" ante el Chelsea podría precipitar su despido. "La plantilla es la misma de hace unos meses, cuando remontamos y terminamos cuartos en la Liga", alega mirando para otro lado uno de los detractores del técnico, el presidente Enrique Cerezo.
En el vestuario ya asumen que el técnico tiene "fecha de caducidad"
De nada sirvieron las charlas individualizadas los días previos al partido con Osasuna para "elevar la moral del grupo". El cuadro de Camacho rubricó su victoria más cómoda del curso sacando petróleo de la debilidad de los centrales del Atlético por alto. "Cada vez que han saltado a por el balón Pandiani y Aranda le han ganado la partida a Perea y Juanito", se regocijan en el vestuario navarro. El segundo gol desconcertó especialmente a Abel: Puñal asistió en el segundo palo a Josetxo, que se la dejó de cabeza a Pandiani, solo en el primero. "Esto es la hostia", rezongó el entrenador con los brazos caídos a sus ayudantes. "Empezamos dormidos", resumió Raúl García. Los datos indican que tampoco debería sorprenderle tanto: 12 de los 17 goles recibidos -a dos de la marca con Jacinto Quincoces en la campaña 1935-36- han llegado antes del descanso.
Otro síntoma de los males de la escuadra es su "excesiva dependencia del Kun y de Forlán", según recalcan en los despachos del Calderón: el Atlético no gana tras un parón liguero desde noviembre de 2007, cuando venció al Valladolid (4-3). Desde entonces cuenta un empate y cuatro derrotas: (2-1 en Valladolid, 1-2 del Madrid y 2-4 de Osasuna en 2008-09) y la igualada con el Racing (1-1) este curso. "Es muy simple, Messi puede no tener su día en el Barça y no pasa nada porque su plantilla tiene más entidad. En nuestro caso no es así", reconocen en el vestuario, donde ya sumen que Abel tiene "fecha de caducidad".
Mientras el Atlético se hunde con los descartes de Aguirre en nómina (Jurado, Cleber, Reyes y Valera), los descartes de García Pitarch se hacen un hueco en la Liga. De las Cuevas cuenta cuatro dianas en el Sporting y Diego Costa despuntó con el Valladolid en el Bernabéu. Abel, que ya no sabe cómo explicar racionalmente tantas facilidades concedidas, recurre a la "falta de carácter". De hecho, los futbolistas de Osasuna asistieron "indignados" a la negativa de sus colegas rojiblancos, excepto Raúl García, Simão y Cleber, de dar la cara en la zona mixta del Reyno de Navarra. Ayer se repitió la escena, y ninguno de los jugadores que entregó la cuchara en Pamplona salió a la palestra. El marrón le cayó a Pernía, de vuelta en Madrid tras el accidente que casi le costó la vida.
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