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Reportaje:

Las otras caras de la educación

Psicólogos, orientadores, fisios y educadores, cada vez más necesarios en el aula

La sociedad actual es compleja. Y la escuela no es más que un reflejo del entorno en el que interactúa. Si un niño padece un problema de desmotivación, por un duelo familiar, por la separación de sus padres o, simplemente, porque tiene un problema puntual de aprendizaje, el maestro o el profesor lo verá. Pero no podrá hacer un diagnóstico certero acerca de qué le ocurre. Si el alumno tiene un problema motórico severo o una discapacidad necesitará ayuda para desplazarse por el centro, abrir los libros, comer o ir al servicio. Quienes intervienen en estos casos son una batería de 4.000 profesionales "no docentes" -entre psicólogos, psicopedagogos, fisioterapeutas y educa-dores- que actúan en el sistema educativo público junto al especialista de Pedagogía Terapéutica y el de Audición y Lenguaje como "personal de apoyo" dentro y fuera del aula.

Son imprescindibles, junto con los Servicios Sociales municipales, para combatir el alto grado de fracaso y abandono escolar temprano y el creciente abanico de "conductas disruptivas": algunas, propias de la edad; otras, consecuencia de trastornos más graves como hiperactividad o déficit de atención; y otras, derivadas de situaciones familiares o socioeconómicas desfavorables.

Viven, sin embargo, una situación de esquizofrenia legal, a caballo entre la Consejería de Administraciones Públicas y la Consejería de Educación a la que están adscritos. Esto supone, por ejemplo, que difícilmente pueden realizar un curso de formación de 40 horas, porque normalmente su plaza es la única en un centro de tamaño normal. "Coger una gripe de 15 días significa que se quedan sin atención, porque esas bajas de corta duración no se cubren. Y las de larga duración se cubren con mes y medio de retraso", coinciden una educadora, María; una fisioterapeuta, Ana María, y una psicóloga Maite, que advierten de que urge "desarrollar los decretos de plantillas" para estas profesiones. Para Paco Torregrosa, un veterano fundador del Servicio Psicopedagógico Escolar de Valencia con casi 30 años de trayectoria, "el modelo valenciano es bueno, pero falta desarrollar la normativa de los servicios de especialización para abordar el abanico de casos específicos que tratan".

PSICOPEDAGOGO "Somos como los aliados del tutor"

"Somos como los aliados del tutor. ¿Tú qué notas?, le digo al maestro. Y me dice: 'Noto que el nene mira así'. El tutor no sabe el qué, pero sí que le pasa algo al niño. Entonces nos llama y damos el primer paso. Trabajamos con la inspección para la detección y prevención de problemas de aprendizaje desde edad temprana. Ya estamos trabajando con escuelas infantiles con niños de 0 a 3 años", explica Paco Torregrosa, experto en Psicopedagogía desde 1979 y director de uno de los cinco Servicios Psicopedagógicos Escolares (SPE) de Valencia. "El SPE cubre la parte del diagnóstico: médico, social, de lengua, cognitivo. Y propone un programa adaptado al niño (desde modificación de conducta a control de esfínteres). En la escuela es el pedagogo terapéutico o el logopeda quienes lo llevan a cabo junto al tutor".

PSICOLOGA "Orientamos en la respuesta educativa"

"Orientamos en la respuesta educativa en tres ámbitos: desde el SPE con colegios de Primaria; en colegios específicos para niños con necesidades educativas especiales; y en Secundaria estamos en los institutos, donde hacemos una labor muy importante de orientación laboral y al mismo intervenimos en una etapa en la que los jóvenes adolescentes pueden tener problemas de desmotivación o de absentismo", explica Maite Tortajada, que trabaja desde un SPE con los colegios de Primaria de la zona 1 de Valencia. "Somos como los aliados del PT, del logopeda, del educador, pero siempre hacemos funciones de orientación, no de prescripción. Tratamos de modificar conductas, hábitos e incluso, a través de diversos test, detectamos problemas como trastornos de hiperactividad y déficit de atención".

FISIOTERAPEUTA "Rehabilitamos a niños con discapacidad"

"Nos encargamos de hacer la rehabilitación con los niños con discapacidades físicas muy graves. En este momento, trabajo con 27 niños con un abanico muy amplio de alteraciones, de hemiplejías. Enfermedades congénitas, distrofias, un abanico muy completo", relata Ana María Soler Gracia, fisioterapeuta del centro Serrano Suñer, el único colegio de integración de Castellón con 600 alumnos. El fisioterapeuta es uno más de la plantilla. "El fisioterapeuta, tanto en colegios específicos como en centros de integración es un pilar más en el que se basa la formación complementaria del alumno. Potenciamos que, por ejemplo, el niño con una alteración motriz pueda coger el lápiz o hacer una grafía o pintar. Y si no puede, nos encargamos de poner un ordenador para que pueda acceder al currículo normal, como el resto de alumnos".

EDUCADORA "Que el niño desarrolle sus posibilidades"

"La función de un educador es que el niño con un trastorno motórico o psíquico siga el ritmo normal del que no lo tiene, que no tenga ninguna limitación externa. La idea es esa. Que el niño llegue al máximo de sus posibilidades, como otro cualquiera", resume María Serrano, educadora del aula especial de niños autistas del CEIP Ausiàs March de Mislata. "Hay una gran disparidad de funciones: desde atender a niños motóricos en sus desplazamientos a autistas, para que el alumno con discapacidad pueda llevar a cabo su integración en el aula; interactuar bien con el resto de compañeros y seguir, además, la pauta educativa de su centro. Por tanto, trabajamos dentro del aula, para ayudarles a que saquen adelante sus tareas, puedan desplazarse por el centro y realizar las tareas más cotidianas (abrir un libro, comer o ir al baño)".

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