Los críticos a Baltar buscan candidato para frenar la "sucesión dinástica"
El sector 'urbanita' acusa al barón orensano de "quemar" a posibles rivales de su hijo
Tenía razón José Manuel Baltar. Todos en el PP de Ourense sabían de su voluntad de suceder a su padre al frente del partido en la provincia. Pero algunos -el sector opuesto al baltarismo- confiaban en que no se produjera finalmente "este espectáculo bochornoso de instaurar una sucesión dinástica dentro del partido", señala un portavoz de los urbanitas.Nadie se atreve a dar la cara en esta facción del PP orensano que, tras el anuncio del hijo del presidente, se ha puesto a buscar candidato "a contrarreloj" para encabezar la alternativa. Reconocen que lo tienen difícil "porque el presidente provincial ha quemado a los posibles candidatos". Entre ellos, el ex alcalde de Ourense Manuel Cabezas, la ex vicepresidenta del Parlamento gallego Inmaculada Rodríguez, el ex secretario del PP provincial Elier Ojea y algunos ex diputados en Cortes.
Miranda destaca la "satisfacción" de la dirección con el candidato Baltar
"José Manuel irá más allá en defender el gallego", dice el alcalde de Muiños
Ayer, mientras los críticos al baltarismo expresaban su malestar y reconocían que la estrategia de José Luis y José Manuel Baltar los había cogido con el pie cambiado y casi sin tiempo para reaccionar, los alcaldes cerraban filas en torno a los Baltar (padre e hijo) y loaban las "ventajas" del dos por uno. "José Manuel representa los nuevos tiempos, tiene otra formación académica y va a ir más allá en la defensa del idioma y de la provincia, pero su padre estará siempre a su lado", resumía el sentimiento mayoritario de este sector Plácido Álvarez, alcalde de Muiños y portavoz del PP en la Diputación.
El sorprendente anuncio de Baltar Blanco -por postularse "sin marcha atrás", pero condicionando la candidatura a la decisión que adopte su padre- es analizado por los urbanitas como una evidencia más de que "juegan con las cartas marcadas". Creen que desde hace meses padre e hijo han estado buscando alianzas en la provincia, buena parte de ellas atadas con los puestos de trabajo que consiguieron alcaldes, concejales y sus familiares en las últimas oposiciones de la Diputación. Y advierten de que si finalmente presentan candidato alternativo, la designación de compromisarios "se hará según marcan los estatutos" y no en función de las mayorías electorales obtenidas por el partido en los ayuntamientos. "Ganará Baltar Blanco el congreso, pero intentaremos que no lo haga por goleada y que se evidencie que hay otro sentimiento político en el PP de Ourense", puntualiza un miembro de la ejecutiva provincial.
El "otro sentimiento" al que apuntan los urbanitas es el de "la renovación que postula el partido en Madrid" y el de que la identidad de Galicia "la marca el PP gallego". "¿Cómo va a proponer el hijo de Baltar un nuevo modelo galleguista o replantear el equilibrio territorial? Esto no es más que la reedición de los Centristas de Galicia", comenta un histórico del PP.
Los urbanitas esperan ahora que los acontecimientos no sucedan "tan rápido" como marca el sector de la boina. "O nos tendremos que dar todos de baja antes de que empiecen a darle cargos a la nieta", ironizan, a fin de que acumule la experiencia a la que ayer apeló el hijo del presidente y precandidato para avalar su candidatura.
José Luis Baltar pone la pelota en el tejado de Alberto Núñez Feijóo, a quien su hijo lanzó el órdago del galleguismo y la discriminación de Ourense. "Mi hijo tendrá mi apoyo, cualquiera lo tiene que entender", confirmó en el periódico La Región tras avalar la "capacidad" política y la trayectoria de su vástago.
"Baltar Blanco debe ser valorado por él mismo y por su trabajo en el partido, no por su apellido", aseguró en declaraciones a Europa Press el portavoz del PP de Galicia, Antonio Rodríguez Miranda, quien expresó la "satisfacción" de la dirección del partido por que el hijo de Baltar se postule como líder en Ourense y reivindicó su "preparación". Miranda aseguró "entender y respetar" a Baltar Blanco por "condicionar" su candidatura a la posibilidad de que su padre se presente.
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