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Salgado evita precisar cuándo habrá más pedidos para los astilleros

La ministra de Economía amadrina la botadura en San Fernando del primer barco

La ministra de Economía, Elena Salgado, amadrinó ayer en San Fernando (Cádiz) la botadura del primer buque de acción marítima (BAM) contratado por la Armada española a los astilleros públicos españoles, Navantia, sin precisar en su visita el calendario de construcción del resto de unidades previstas, hasta completar un total de diez naves. Salgado sustituyó en el último momento a la ministra de Defensa, Carme Chacón, quien ayer acompañó en su visita a Líbano al presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero. Los trabajadores del astillero han expresado su preocupación, ya que, aunque en la actualidad la factoría de San Fernando cuenta con carga de trabajo, no se ha firmado ni un solo contrato más desde el año 2006, lo que puede provocar en el corto plazo un parón de actividad, explicó el presidente del comité de empresa, José Antonio Oliva.

En un encuentro privado con los trabajadores, la ministra reafirmó la intención del Gobierno de construir la serie prevista, anunció que "habrá días felices", pero no precisó la fecha del nuevo contrato.

Con todo, el diputado por Cádiz Salvador de la Encina precisó que los presupuestos de 2010 incluyen una partida de 16 millones de euros para la continuación de las construcciones del modelo BAM previsto por el Gobierno. La cifra, según la representación laboral, sólo supone una cuarta parte del coste de una sola unidad.

La construcción del buque botado ayer ha dado empleo a unos 3.000 operarios (1.100 directos y unos 1.800 indirectos). El nuevo barco estará destinado a labores de escolta, control del tráfico marítimo, operaciones contra el narcotráfico en el mar y control de pesca ilegal, además de las propias de vigilancia costera y acciones militares. Esta primera unidad, bautizada con el nombre de Meteoro P41, dispone de una eslora de 94 metros y una manga de 14,2 y es capaz de desplazar en plena carga 2.575 toneladas.

La ceremonia de su botadura se vio precipitada ayer cuando, accidentalmente, unos 25 minutos antes de los previsto, se accionó el mecanismo de salida del barco desde el dique al mar. "No nos ha dicho ni adiós porque tenía muchas ganas de llegar al mar, a su medio", bromeó Salgado.

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