Los próximos meses

No acudió ayer a las Cortes porque tenía otro acto en la agenda en el que coincidía con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. A mediodía, tres consejeros le esperaban en la Alameda, a la puerta del Centro de Desarrollo Turístico, con cara de circunstancias. Mario Flores, de Infraestructuras, Serafín Castellano, de Gobernación, y Belén Juste, de Turismo, que se fue enseguida, saludaron a Francisco Camps cuando descendió del coche oficial bajo una fina lluvia, con una crispación acumulada en su rostro que la educada sonrisa no consigue borrar. "El PP ha actuado en la forma que le correspondía... Me remito a lo que dentro de muy poquito el presidente nacional del partido dirá en rueda de prensa", respondió a los periodistas que se apiñaban ante él.

La crisis por la defenestración de Ricardo Costa coleaba de mala manera y, encima, de buena mañana, Manuel Fraga le había dado un coscorrón mientras ponía a la alcaldesa Barberá como ejemplo y alternativa. "A don Manuel le tengo un afecto especial. Prologué un libro sobre su biografía. Puso en marcha este partido que ha gobernado ocho años y volverá a gobernar con Mariano Rajoy de presidente", se defendió, mientras en los noticiarios resonaba la regla fundamental del Derecho en la voz de don Manuel: "El que la hace la paga".

"Ser presidente de la Generalitat Valenciana es una enorme responsabilidad", soltó Camps de carrerilla, "y hoy la Comunidad Valenciana es más importante, tiene más prosperidad, más expectativas de futuro y será la primera que saldrá de la crisis. En eso seguiré trabajando los próximos meses".

¿Los próximos meses? Con su futuro en jaque, cualquier pequeño lapsus adquiere perfiles alarmantes de síntoma. No hubo tiempo de más. Entró en el acto, donde se anunció un nuevo aeródromo no comercial en el área de Valencia y un plan de instalaciones aeronáuticas de 1.700 millones de euros. Daba la sensación de que su jefa de gabinete, Ana Michavila, se despedía de todo el mundo. Rita Barberá no apareció.