Allariz se mete en una telenovela

El Ayuntamiento de Allariz ha metido a todo el pueblo en una telenovela. Con el pretexto de enganchar a sus vecinos a las nuevas tecnologías, les planteó el reto de hacer su propia teleserie y a los alaricanos les brotó como si nada una historia tremenda. Un serial de desencuentros familiares en torno al inquietante legado de una herencia: la finca. Una galleguísima trama con empresa balnearia de por medio de la que cualquier parecido con la realidad será, naturalmente, pura coincidencia.

"No hay pueblo más participativo que éste", comenta Xulio Medela, metido a guionista colectivo de la noche a la mañana. Está encantado. "Yo creo que lo que diferencia a las comunidades es que hay unas que hacen cosas y otras que no las hacen", apunta presumiendo de vecindad. "Es que ésta es una sociedad muy parasitaria, donde lo único que preocupa a la gente es colocar al hijo y nada más", justifica el guionista.

El área municipal de Nuevas Tecnologías pone todos los medios

La teleserie llegará a todas las parroquias dentro de un mes

Entre él y Xosé Luis Fortes, con el apoyo de un grupo de vecinos, deciden día a día el devenir de los personajes, sus filias y sus fobias, sus intereses, sus escrúpulos (o la ausencia de ellos), sus miedos, sus iniciativas y sus vértigos vitales. Sus pasiones románticas también. El pequeño morbo implícito. Todo. "Vamos a hacer el gran producto cultural gallego pendiente", sentencia Medela.

Cada día, disciplinadamente, el equipo de guionistas se planta ante el árbol genealógico de la historia, perfectamente elaborado ya, y echa una mirada al epicentro de la trama y de la vida misma: la muerte, ese concepto tan universal "que en Galicia garantiza la supervivencia de la descendencia y desata por ello todas las tensiones posibles", entre hermanos.

La intriga viene rodada. Búsquedas en el registro de la propiedad, visitas a la notaría. Los recelos de quien quedó al cuidado de los padres frente a los que se fueron de casa y jamás miraron por ella y la desconfianza de los emigrados respecto a los que quedaron tan cerca de los progenitores y de sus últimas voluntades.

Los guionistas están haciendo estos días la adscripción de personajes para seleccionarlos entre el grupo de más de 30 candidatos a actores que se han presentado. Cada día llaman más. También de fuera de Allariz. Incluso conocidos. "¡Esto es Hollywood, sólo nos falta Anjelica Huston!", clama divertido Medela evidenciando el poder de seducción que despiertan las cámaras, aunque no haya ni una en kilómetros a la redonda.

De momento manda la abstracción. El caos que precede al orden que decanta todas las cosas.

La teleserie se rodará con los únicos medios tecnológicos de la radio y el área de Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento. "El único presupuesto que tenemos es el de los pinchos que daremos el día de la presentación", explica abiertamente Francisco Feijóo, que, junto con Patricia Blanco -ambos responsables del área municipal de Nuevas Tecnologías- coordina el despliegue de participativo entusiasmo popular.

La telenovela se grabará en la plataforma digital de la Radio Televisión de Allariz, que hasta ahora difunde contenidos turísticos a través de la web. En realidad, la idea de los coordinadores era la de implicar al pueblo en las nuevas tecnologías. Les salió lo del serial y el éxito fue rotundo. Acabaron todos dentro.

Plató, guionistas, actores, banda sonora, vestuario, decorados y montaje. Todo corre a cuenta del vecindario. Y no ha hecho más que empezar.

"La experiencia es increíble, porque, más allá del fin tecnológico que buscábamos, está sirviendo para que gente que no se conocía de nada acabe intimando", comenta sorprendido Feijóo.

Mientras el equipo de músicos voluntarios comienza a escribir la banda sonora, los guionistas, metidos de lleno en el papel, desenmarañan la historia y buscan perfiles psicológicos ad hoc, inquietando ya a los coordinadores que empiezan a marcar los plazos y a urgir con ellos a los escritores.

"Queremos grabar los cuatro primeros capítulos ya" para poder empezar a emitir la teleserie en noviembre, cuenta Feijóo, quien anticipa que cada capítulo grabado será de 15 minutos de duración en la emisión. Llegará a todas y cada una de las parroquias de la villa.

Medela y Fortes analizan mientras el mundo circular. Le echan un vistazo a la finca, a ver si cabe el balneario y cuidan el perfil del hermano llegado de Francia, que ya negocia con la empresa mientras calcula si puede subir el precio del metro cuadrado y rebusca sabe dios qué en los cajones del desvencijado armario familiar cargando de tensión la historia antes de que le hayan dado nombre, ni vela siquiera, en el entierro.