Últimas mudanzas en Sant Antoni

Muchos de los carretones que cargaban a primera hora de la mañana de los lunes, miércoles, viernes y sábados todo tipo de productos desde los almacenes al mercado de Sant Antoni para montar los encantes hicieron ayer su último viaje. "Llevo aquí 25 años y tengo ilusión, aunque también algo de miedo ante el traslado", explicaba Paqui mientras recogía pañuelos, camisas y jerséis de su puesto. La mayoría del centenar de titulares de los puestos iban y venían con los carretones cargados para montar los tenderetes en la carpa de la ronda de Sant Antoni. Allí todo eran prisas para preparar las tiendas que abrirán mañana. Montajes de estanterías, de pequeños probadores y de los mostradores acaparaban el trabajo de los comerciantes. "Creo que estaremos mejor, aunque no será lo mismo", apuntaba otra tendera entre cajas de ropa interior. Los comerciantes se librarán del frío que se colaba entre los toldos del viejo Sant Antoni, ya que las carpas tienen sistema de climatización, y se ahorrarán el montaje y desmontaje de las tiendas.

En la carpa de al lado, la del producto fresco, lo que se imponía era el ruido de taladradoras de los últimos trabajos y un regimiento de personas que intentaban limpiar de polvo los aparadores de cristal, balanzas y estanterías que mañana deberán estar listas.